El eclipse total de luna que se registrará entre la noche del domingo y la madrugada del lunes permitirá ver toda la superficie del satélite de color rojizo, de allí la denominación popular de «luna de sangre», y será el último evento astronómico de este tipo que podrá observarse bien desde el Hemisferio Sur en lo que resta del año.
Este eclipse se produce cuando la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol y bloquea la luz que éste último irradia generando un cono de sombra que, según el ángulo en el que se encuentran los cuerpos puede ser más o menos «densa» y se generan dos sectores: la umbra y la penumbra.
Gabriel Brichetto Orquera, licenciado en física y docente de la Asociación Amigos de la Astronomía de Parque Centenario, explicó en diálogo con Télam que «como el Sol es más grande que la Tierra, ésta no puede bloquear por completo las proyecciones de luz, por eso no es que la dejamos de ver».
«La luz que llega a la Luna lo hace con un fenómeno análogo de refracción en la atmósfera que hace que se proyecte un color rojizo», precisó el especialista y detalló que «esto mismo sucede con el Sol durante el amanecer o atardecer y por eso lo vemos rojizo o naranja».
Es por este fenómeno que popularmente se conoce al eclipse total de Luna como «Luna de sangre» y el último evento astronómico de este tipo ocurrido el pasado 26 de mayo de 2021 fue denominado como «superluna» porque además el satélite natural se encontraba más cerca de la Tierra.
Sin embargo, el especialista advirtió que todos estos «son términos que sirven como disparadores para que la gente empiece a mirar el cielo. No es un térmico astronómico o científico, el tamaño de la Luna anterior tenía una diferencia mínima con el de esta, no es algo apreciable en la observación».
En este sentido, destacó que «hay más interés en la población respecto de lo que pasa en el cielo, aunque pandemia de por medio es difícil medirlo, se nota que hay más difusión en los medios y la gente se acerca a lugares especializados, el hecho de que la tecnología nos permita seguir un eclipse por streaming que desde acá no se puede ver también ayuda mucho».
El evento del próximo domingo despierta expectativas entre los aficionados a la astronomía ya que será el último fenómeno de este tipo que puede observarse bien desde el Hemisferio Sur, y si bien se espera un eclipse parcial de Sol para octubre sólo se podrá ver en gran parte de Europa, el noreste de África y Asia occidental y el 8 de noviembre ocurrirá otro, de Luna visible en Asia, Australia, el Pacífico y parte de América.
Este año tendremos cuatro eclipses y esto es porque «hay temporadas de eclipses, que es el tiempo que la Luna atraviesa la eclíptica -la trayectoria aparente del Sol en el cielo- y eso pasa más o menos cada seis meses», explicó Brichetto Orquera.
Además, advirtió que «depende de la fase de la Luna, el tipo de eclipse que se produce ya que si está en Luna nueva será de Sol y si se encuentra llena será de Luna ya que está ´del otro lado del Sol».
«Como el ciclo lunar dura 28 días se pueden dar hasta tres eventos en cada temporada de eclipse, este año tendremos cuatro, dos en cada temporada», detalló el especialista que a los 14 años se acercó al observatorio de Parque Centenario y se fascinó por el cielo y la astronomía, lo que lo llevó a formarse en Física al concluir sus estudios secundarios.
El eclipse de Luna del próximo domingo comenzará a las 1:33 UTC (Universal Time Coordinated), es decir, 22:33 hora argentina.
En ese momento «la luna entra en la penumbra que es la parte de la sombra más ´difusa´ y luego, una hora más tarde comenzará a entrar en la umbra, que es la parte de sombre más ´densa´ y a las 00:33 estará en la plenitud», relató Brichetto Orquera.
«Esa fase del eclipse durará más o menos una hora y media, por eso lo asombroso del evento, comparándolo con el de sol, en el que la parte más intensa dura apenas unos minutos», apuntó el docente, que convocó a quienes deseen presenciar el evento al observatorio ubicado en Patricias Argentinas 550, en el porteño Parque Centenario.
Esta vez, el eclipse lunar será visible en todo el territorio argentino, dependiendo de la nubosidad en el cielo.
Según un mapa compartido por la NASA, también podrá observarse de forma completa desde Sudamérica, Centroamérica y la costa este de Estados Unidos y de manera parcial en África y Europa; y no se podrá apreciar en Medio Oriente, la India, Asia y Oceanía
En Argentina, se realizan actividades para la observación de este fenómeno en distintos puntos del país.