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En la previa de Central-Racing y a tres semanas del crimen de Pillín balean la casa del número dos de la barra, Pitito

La vivienda de Leopoldo Martín Martínez, observado como posible sucesor del asesinado Andrés Bracamonte en el paravalanchas del Canalla, recibió al menos cinco disparos en el atardecer de este sábado, poco antes del inicio del partido en el que la popular donde iba la barra estuvo clausurada

Como si fuera la crónica de una balacera anunciada, este sábado desconocidos balearon la vivienda del ex ladero de Andrés “Pillín” Bracamonte conocido como Pitito, mientras el primer equipo de Central jugaba con Racing en el Gigante, en el primer partido como local tras el crimen del capo del paravalanchas.

Bracamonte fue ultimado el pasado 9 de noviembre, y dos días después, el lunes 11, y otro par de jornadas más tarde, el miércoles 13, había versiones entre el mundillo de la barra del Canalla y también en el submundo del hampa que la vivienda de Pitito, llamado Leopoldo Martín Martínez y considerado el hombre de Los Monos en la barra, había sido baleada.

Este sábado la profecía se cumplió. Poco después de las 18, antes del inicio del partido Central-Racing en Arroyito, la casa de Schmidl al 3800 en Villa Manuelita fue blanco de disparos.

La pareja de Pitito, una mujer de 46 años, señaló que estaba dentro de su casa cuando escuchó detonaciones. Más tarde personal de Balística halló 3 plomos y cinco cápsulas de una bala calibre 40 milímetros.

También constató que hubo dos impactos en la puerta de la casa, sin orificio de salida, un tercero que dejó un agujero y otros dos tiros en la fachada de la vivienda, que ya había sido baleada con anterioridad.

La misma casa fue atacada a tiros en febrero de 2020, mientras Pitito tomaba mates en la vereda: recibió un disparo en la espalda que lo mandó al Heca una temporada, aunque luego logró reponerse.

El pasado 9 de noviembre, al finalizar el partido de Central cuando Bracamonte y su segundo Daniel “Rana” Attardo fueron víctimas de una emboscada fatal, Pitito fue el encargado de conducir la camioneta con el agonizante capo del paravalanchas hasta el hospital Centenario.

Desde entonces su paradero fue desconocido, ya que fuentes policiales, de la barra y del mundo delictivo dieron cuenta de que había desaparecido de los lugares que solía frecuentar.

Es que Pitito quedó en medio de las mil y una hipótesis sobre el golpe de mando que significó el crimen de Pillín. Por un lado, había sido demorado mientras se desplazaba antes de un cotejo de Central con Carlos Andrés Suárez, alias Gordo Bichi, quien cayó detenido en ese momento como integrante de la banda de Fabián “Calavera” Pelozo, un narco de alto vuelo a quien vinculan en Esteban Alvarado.

La gente de Alvarado, incluso su hijo Santino, convivía en la barra bajo el paraguas de Pillín con referentes de Los Monos como Samuel Medina, el asesinado joven conocido como Gordo Samu y que era pareja de Paula Bay, hijastra del capo del clan de La Granada Ariel “Guille” Cantero, enemigo íntimo de Alvarado.

En este marco, Pitito –quien además es primo hermano de Guille Cantero– quedó bajo la lupa como probable sucesor de Bracamonte, en medio de un clima enrarecido ya que además la principal hipótesis del crimen del capo de la barra es que lo mató una coalición entre la facción disidente de Los Monos con Pelozo y Bracamonte, con el brazo ejecutor de la meneada banda de Los Menores originaria del barrio 7 de Septiembre.