Una mujer argentina que vivía en los Estados Unidos murió anoche por coronavirus en la ciudad de Los Ángeles, donde estaba aislada junto a su esposo desde hacía dos semanas y media. Los síntomas de la enfermedad comenzaron el 17 de marzo y su solicitud para hacer el test fue rechazada dos veces antes de que le hicieran el hisopado.
Andrea Halberian tenía 42 años y vivía en Nueva York junto a su marido, Lars Christian Ottesen, a quien conoció por Internet y con quien se había casado hace dos años. Siendo la mayor de tres hermanos, se había ido a EEUU en 1998. “Hacía siete años que era residente y desde hacía dos era ciudadana”, contó su hermano Alexis en diálogo con el sitio Infobae.
Andrea era cuidadora de niños. Actualmente, trabajaba con una familia que residía en Manhattan. “Esta familia tiene una casa en Los Ángeles, adonde se fueron el 13 de marzo cuando empezó a avanzar todo esto del coronavirus. Y se llevaron a mi hermana y a su marido”.
En el transcurso de esos días la mujer contrajo la COVID-19. Según cuenta Alexis, nunca supo cómo y dónde se pudo haber contagiado: “No sabemos si fue en Nueva York, que es lo más probable, o si fue durante el vuelo a California. Pero ya es indiferente”.
Unos días después, Andrea comenzó a sentir malestares. En un principio eran problemas gastrointestinales pero con el correr de los días su salud se fue empeorando a tal punto que tuvo que acudir a la sala de emergencias “tres veces en menos de dos días”. Ella misma manifestó que le costaba respirar, que tenía fiebre y vómitos “violentos”, y que presentaba un cuadro de deshidratación.
A la mujer le hicieron el test de coronavirus y el 22 de marzo le comunicaron que los resultados habían dado positivo y quedó internada en terapia intensiva en el Hospital de la Universidad de California, en Santa Mónica.
Ese mismo día, Andrea lo contó en sus redes sociales: “Como todos sabemos, estamos viviendo tiempos muy feos. Lo que les voy a contar no es joda, no me lo contó nadie, lo estoy viviendo en carne propia a la distancia”, empezó su relato en Facebook. Y continuó: “Hace 5 días que estoy aislada, sola con mi marido (gracias a él, creo, sigo viva). Estamos en Los Ángeles, lejos de casa y solos”.
Andrea detalló lo que le sucedía para advertirles a todos sus seres queridos y pedirles que se quedaran en sus hogares. «Para los que me conocen y saben, tengo una alta tolerancia para el dolor. Esto no se compara con nada que viví. Sigo sin poder respirar bien, no duermo, me duele todo el cuerpo”, manifestó.
“¡Déjense de joder! Esto no es joda, los hospitales están que desbordan, no te pueden mantener, salvo que te estés muriendo. ¡Tuve que ir tres veces a la guardia para que me hagan el test! ¡Tomen conciencia! Déjense de joder y quédense en casa. Cuídense unos a los otros”, finalizó.
El marido de Andrea fue aislado para cumplir la cuarentena correspondiente, aunque en su caso no contrajo el virus y tampoco nunca manifestó síntomas. Él se encargó de llamar a diario al hospital para saber sobre su esposa y mantener informada a la familia de ella.
Un día después de confirmar que se había contagiado, Andrea fue intubada por insuficiencia respiratoria. Posteriormente desarrolló una pulmonía. Anoche su cuerpo ya no pudo resistir y murió.
Alexis dijo que su hermana era diabética, pero no insulinodependiente. También agregó que ocasionalmente sufría de broncoespamos, algo que le ocurría en los cambios de estación.
Al saber que no podrán velar los restos, la familia se contactó con Cancillería para iniciar cuando sea posible los trámites para traer al país las cenizas.