Cultura

Amigo de las derechas  

En medio de una gran polémica, Mario Vargas Llosa entrará a la Academia Francesa en febrero

Días después de que se conociera la noticia de su ingreso, un grupo de intelectuales firmó una solicitada en el diario “Libération”, reconocida publicación de izquierda en la que se dan gran parte de los debates sociales y políticos de Francia, que luego tienen repercusión internacional


El escritor y Premio Nobel hispanoperuano Mario Vargas Llosa leerá su discurso de entrada a la Academia Francesa el 9 de febrero próximo y, de esta manera, se convertirá en el primer autor que, sin haber escrito directamente en francés, ingresa a esa institución.

“Será recibido oficialmente el 9 de febrero. El 8 de febrero se le entrega la espada de académico, y al día siguiente, bajo la cúpula (de la Academia), leerá su discurso”, explicó su traductor al francés, Albert Bensoussan.

El autor fue elegido integrante de la Academia Francesa el 25 de noviembre de 2021, por lo que la celebración será la culminación de una espera que se le hizo larga al autor de Conversación en la catedral, de 86 años, según reveló la secretaria de la Academia, Hélène Carrère d’Encausse.

Vargas Llosa es miembro de la Real Academia de la Lengua Española desde 1994 y, si bien habla francés con fluidez, tras vivir unos años en París a principios de la década del 60, su ingreso a la institución fue el centro de una gran polémica.

Días después de que se conociera la noticia de su ingreso, un grupo de intelectuales firmó una solicitada en el diario Libération, una reconocida publicación de izquierda en la que se dan gran parte de los debates sociales y políticos de Francia.

Allí, los firmantes, entre quienes están el profesor universitario César Itier, la directora de investigaciones del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) Evelyne Mesclier, la profesora de la Universidad de París Valérie Robin Azevedo, la investigadora Sylvie Taussig y el antropólogo Pablo del Valle, cuestionaron el rol del escritor peruano en los debates políticos latinoamericanos, sus posturas siempre cercanas a las derechas antidemocráticas y su participación en los llamados Pandora Papers, donde se reveló que tenía sociedades en paraísos fiscales para evadir impuestos.

En el texto, consideraron que incluirlo en la Academia “mancilla la imagen de Francia en América latina, donde sus posturas extremistas son bien conocidas y suscitan un fuerte rechazo” y que su ingreso entre los defensores de la lengua “amenaza con legitimar posturas que pisotean los valores de la democracia a los que Francia quiere asociarse, como la libertad de expresión, la aceptación de resultados de sufragios y el derecho a defender causas sin arriesgarse a perder la vida”, agregaron al final de la solicitada.

Viejo anhelo

El anhelo de Vargas Llosa de pertenecer a esa institución, fundada por el cardenal Richelieu en 1635, se remonta a su juventud. “Cuando estaba encerrado en la Academia Militar (en Lima), quería vivir en una buhardilla en París. Así que entrar en la Academia es entrar en su sueño”, explicó Bensoussan sobre dichos del escritor, quien además acaba de publicar un ensayo sobre él.

Mario Vargas Llosa, écrivain du monde (Gallimard) es el homenaje de Bensoussan, de 87 años, al que califica de “maestro”, a pesar de que es un año mayor que él. “He tenido que asumir sus fantasmas y obsesiones”, confiesa en el libro Bensoussan.

Vargas Llosa es considerado el último representante del llamado boom literario latinoamericano, del realismo mágico encarnado por Gabriel García Márquez, Julio Cortázar o Carlos Fuentes, escritores que tuvieron un gran impacto en los autores franceses en su momento.

“En Francia nos quedamos deslumbrados. Vivíamos por entonces la época del «Nouveau Roman»;  novelas donde no había la magia de una historia”, explicó el traductor, que conoció y trabajó con muchos de esos escritores.

A Vargas Llosa lo conoció en 1971, cuando éste le encargó la traducción al francés de Los Cachorros. El escritor lo recibió en Barcelona, donde vivía en ese momento, y tras revisar la traducción, le dijo: “Es mejor que el original”, aseguró Bensoussan, riendo. “Luego dijo: «Puedes traducir a tu aire, no controlaré nada más». Siempre estaba viajando, confiaba en mi”, añadió.

“La (novela) que me exigió más tiempo fue La guerra del fin del mundo, ambientada en Brasil”, recordó. “Necesité dos años. Tenía que entenderla… Cuando traduzco, necesito tener a mi alcance la misma bibliografía que el autor”, aseguró finalmente.

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