El ministro de Defensa, Alberto Puricelli, afirmó ayer que entre los cuadros de la Aeronáutica hay “indignación” y “bronca” ante la posibilidad de que hombres vinculados con la fuerza estén relacionados con el envío de casi una tonelada de cocaína a España.
Puricelli, no obstante, sostuvo que “la Fuerza Aérea no está involucrada” en el caso, aunque admitió que está “tocada” por el protagonismo de dos de los hijos del extinto ex jefe del arma, el brigadier José Juliá.
“A nadie le puede caber la duda de que la Fuerza Aérea no está involucrada en este hecho, ni rozada. Está tocada por la triste circunstancia de que estos personajes indudablemente tuvieron una vinculación con la Fuerza Aérea a partir de la situación de que su padre fue jefe del Estado Mayor en la década del 90”, enfatizó.
El funcionario, además, aseguró que “el gobierno va a ser irreductible para tomar todas las conductas hacia el interior de la fuerza” dirigidas a esclarecer el hecho.
“No hemos encontrado otra actitud en los hombres de la fuerza. Hay una gran bronca y desprecio por la actitud y haber llegado a estos niveles de corrupción, en este delito, que es uno de los más deleznables”, expresó Puricelli en declaraciones a una radio porteña.
Después de que la ministra de Seguridad, Nilda Garré, admitiera que existen indicios que señalan que la droga que transportaba el avión tripulado por los argentinos Eduardo y Gustavo Juliá, y Matías Miret, podría haber sido cargada en la Argentina, Puricelli remarcó que desde su cartera van a ser “los más severos” con cualquier hombre de la Fuerza Aérea que haya estado involucrado en el hecho.
Al ser consultado sobre el relevo del jefe militar de la base aérea de Morón, el comodoro Jorge Ayerdi, el ministro indicó que la medida fue llevada a cabo “para que cualquier investigación que se haga tenga la más absoluta objetividad”. Sobre el particular Puricelli recordó que el mismo militar pidió ser relevado, lo que calificó como “un buen gesto del jefe de la base”.
El ministro remarcó que el aeródromo de Morón, lugar en el que el avión estuvo estacionado varios días y sobre el que giran la mayoría de las sospechas, “es responsabilidad de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac)”, aunque no ocultó la preocupación en su cartera por la posible vinculación de “antiguos brigadieres”.
“Para nosotros no es menor que un avión que haya estado en el aeródromo de Morón, que es responsabilidad de la Anac, y la circunstancia de que ese avión esté vinculado a antiguos brigadieres, nos preocupa y nos lleva a estar muy atentos a toda investigación”, comentó en ese sentido.
Sobre la que involucra al avión de la empresa Medical Jet que llegó a Barcelona con 944 kilos de cocaína el 2 de enero pasado tripulado por los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret, Puricelli reveló que “se han analizado los ingresos por los puestos de la guardia y sólo se registra un ingreso de uno de los Juliá el día 18 de diciembre y fue por 25 minutos”, detalló.
En cuanto al proceso que debió haber requerido cargar la cocaína en la aeronave el ministro apuntó: “Realmente fue un trabajo, ya que ése es un avión que vuela a muchos metros de altura, que tiene un sistema de presurización muy sofisticado y preparar un lugar de escondite no es una cuestión menor. Nos preocupa y estamos mirando atentamente dónde puede haberse hecho ese tipo de embute y la capacidad técnica para hacerlo. Si se hizo en el país o afuera”, concluyó.
Una información extraoficial indica que un informe elaborado por las autoridades españolas revela que la cocaína había sido acondicionada “en el piso” del avión Challenger, debajo de los asientos y las alfombras. Una tarea de estas características difícilmente pudo haberse realizado en la escala de reabastecimiento en Cabo Verde, que fue de menos de una hora.
En la Argentina, donde el juez Alejandro Catania está interrogando a personal de la Anac y al menos una veintena de oficiales de la Fuerza Aérea destacado en Morón, la principal hipótesis es que fue en ese aeródromo donde se cargaron los 944 kilos de cocaína encontrados en el avión inspeccionado en Barcelona.