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En movimiento: la historia de Lambo, el rosarino emblema del parkour

Ismael Vázquez es rosarino, tiene 19 años y desde hace seis practica este deporte urbano que combina fuerza, velocidad, agilidad, coordinación, control, creatividad, adrenalina y confianza

El parkour es el arte de superarse a uno mismo, un tipo de entrenamiento y una disciplina que consiste en ir de un punto A hacia uno B del modo más eficiente y veloz posible. Se requiere saltar, trepar, correr, balancearse, y cualquier otro tipo de movimiento que demande la situación. Adrenalina y confianza. Y se debe combinar fuerza, velocidad, agilidad, coordinación, control y creatividad. El parkour, un deporte urbano que avanza en Rosario y un estilo de vida.

Ismael Vázquez, Lambo para los amigos y conocidos, es rosarino, tiene 19 años y desde hace seis practica esta disciplina urbana. Desde muy chico hacía deportes: atletismo, natación y waterpolo, entre otros. En 2018, un día del estudiante, salió de clases y fue a una plaza donde dos compañeros de su escuela estaban practicando parkour. Un viaje de ida para este joven que se va superando día a día, que llena las plazas y parques de alegría y que nada ni nadie lo para.

-¿Cómo empezaste?

Desde chiquito mi madre me mandó a hacer deportes, atletismo, natación y waterpolo. Conocí el parkour por videos de Youtube, no sabía que podía practicarlo en mi ciudad. En 2018, después de un acto del día del estudiante, fui a la plaza y había unos chicos haciendo mortales y enseñándoles a otros compañeros. Estuvimos todo el día, nos hicimos amigos,  y cada día después de la escuela nos íbamos a saltar a la plaza. Hasta el día de hoy les estoy agradecido.

-¿Qué te representa el parkour?

Si tuviera que definir al parkour en una palabra sería libertad. Es una disciplina sin reglas, podés tener tu propio estilo sin ser juzgado por nadie y te divertís mucho. Hay que superar barreras mentales, que son más difíciles porque puede entrar el miedo, pero con entrenamiento se pueden superar; y las físicas pueden ser un muro, una valla, un tapial, una escalera.

-¿Lo practican muchas personas en Rosario?

Cada vez más, pero son más los que empiezan. Los más activos seremos unos 10, que queremos vivir del parkour, de este arte del desplazamiento. El resto serán unas 15 personas que tienen el mismo objetivo.

-¿Cuáles son tus objetivos?

Mi mayor objetivo es irme a España y entrenar. Me gustaría vivir ahí. Cuando  empecé a practicar parkour encontré referentes en Madrid. Algunas metas se están cumpliendo, estoy trabajando con marcas de ropa, y estoy generando dinero con esta disciplina. También doy clases a niños y me gustaría tener un gimnasio, y darles clases a adultos o a cualquier persona que le interese.

-¿Cómo complementás la actividad?

-Además de entrenar parkour, hago una dieta vegetariana y entrenamiento de fuerza de coordinación, de estabilidad. No como carne, solo derivados de animales, pero por una filosofía de vida.

-¿Dónde se practica parkour en Rosario?

En muchos lugares, en la calle, en las escalinatas  del parque España y en lugares cerrados como clubes, en San Nicolás y 3 de Febrero, en zona sur.

-¿El parkour tiene una filosofía de entrenamiento?

-Hay gente que le gusta el parkour y les da miedo y lo entiendo, pero quiero que sepan que esta disciplina lleva una filosofía que tiene dos lemas: uno es ser y durar, que seas vos mismo haciendo lo que más te gusta, pero durar el mayor tiempo posible, ser consciente, conocer tus límites y no ir más allá por querer impresionar; y el otro es ser fuerte para ser útil, es decir, para ser útil tenés que poner tu cuerpo y tu mente fuerte y entrenar para ser fuerte, de esa manera ser una persona útil.

Para la que quiera aprender parkour pueden escribir al Instagram: radd.parkour y/o a lambo_pk

Un poco de historia del deporte urbano

 


A principios del siglo XX, un lugarteniente naval francés se inspiró en comunidades extranjeras para crear un plan de entrenamiento físico centrado en moverse de forma eficiente a través del entorno disponible respetando a los demás. Lo llamó “el método natural” y se convirtió en la base del entrenamiento de obstáculos empleado por las fuerzas especiales francesas en 1950, conocido como parcours du combatant.

En 1980, un adolescente francés llamado David Belle aprendió esta disciplina de su padre, veterano de guerra y bombero. Con un pequeño grupo de amigos, Belle dio al deporte su forma actual y lo bautizó como parkour a finales de 1990.

Durante los años, el parkour evolucionó cambiando con cada nueva generación de participantes. Algunos traceurs o practicantes de parkour son tradicionalistas y creen que las raíces del deporte consiste en la acción fluida de desplazarse de un lugar a otro. Otros prefieren darle vida a sus movimientos a través de volteretas y giros, usando la actividad como forma de expresión artística y física.