Entre 1865 y 1870, el Mariscal Solano López comandó a los guaraníes en la Guerra de la Triple Alianza, en la que el pueblo paraguayo fue masacrado por los ejércitos de Brasil, Argentina y Uruguay. La derrota no sólo se dio en el plano militar, sino que dejó secuelas dramáticas para un país que por entonces tenía un fuerte desarrollo industrial y que perdió en la contienda al 90 por ciento de su población masculina y parte de su territorio. Un siglo y medio después, el Paraguay libra una batalla contra el coronavirus en la que, hasta ahora, obtuvo mejores resultados que sus poderosos vecinos. No obstante, no todas son rosas. Al menos así lo plantea el senador nacional Sixto Pereira, que en diálogo con El Ciudadano expuso algunas contradicciones.
“Para empezar, no podemos decir que lo del coronavirus acá ya está terminado. En varias partes del país empezaron a darse contagios en estas últimas semanas, que hasta ahora habían sido muy pocos. En Luque y en San Lorenzo, sobre todo”, señala Pereira. Las idas y vueltas con la reanudación del torneo oficial de fútbol, por el caso de varios jugadores con casos positivos, referencia lo planteado por el senador.
“Se implementó una política muy temprana de cuarentena, inclusive antes que en la Argentina. Fue tan estricta que yo diría que, más que sanitarias, fueron medidas represivas. Hubo un bajo porcentaje de gente afectada, pero en los últimos días empezó a crecer. En nuestra bancada hay tres compañeros que son médicos y han advertido esto. Y si llega a levantar mucho la curva, en nuestro país no hay estructura ni medicamentos, ni la bioseguridad necesaria. Respecto al confinamiento, el problema es que hay más de un millón de trabajadores y trabajadoras informales que sin poder generar sus ingresos están en situación muy delicada”.
El negociado con la pandemia
El senador nacional, del Frente Guasú, explicó que sigue cerrada la frontera con la Argentina y Brasil, con estrictos controles a transportistas que deben cruzarla por motivos comerciales. “Se están dando movilizaciones, por la desesperación económica de capas de la población. Acá también lo que se dio es una corrupción generalizada de un préstamo que acordó el Congreso”.
“Hubo una gran tragada de plata de parte de las autoridades, de los grandes grupos económicos y laboratorios”, señala Pereira. Cabe recordar que el pasado 22 de junio se dio una marcha por el centro de Asunción organizada por las centrales sindicales, organizaciones sociales y partidos políticos opositores al gobierno de Mario Abdo, tras haberse comprobado la sobrefacturación en compra a China de mascarillas y equipos de protección. Uno de los escándalos más resonantes, se dio en la petrolera estatal paraguaya, que había comprado varios equipos con sobreprecio para hacer frente al covid. Y entre ellos, un lote de botellas de agua tónica “como tratamiento preventivo para el coronavirus”. La presidente de la empresa, debió renunciar.
Macri, Cartes y los negocios compartidos
En este viaje, en Paraguay sorprendió el viaje relámpago de Mauricio Macri a ese país la semana pasada, para reunirse con el ex presidente de ese país, Horacio Cartés, del Partido Colorado, eterno oficialismo conservador en tierra guaraní.
El Ciudadano consultó a Sixto Pereira: “Son parecidos en su ideología. Acá los vemos a los dos como «títeres del imperio», que cumplieron en desintegrar los intereses estratégicos de la región cuando fueron gobierno, alineados con lo que Estados Unidos necesita para esta parte del continente, por algo buscaron desarmar la Unasur. Además, Macri y Cartes también se parecen en que son empresarios que se enriquecieron haciendo negocios con el Estado y se hicieron famosos por el fútbol (en Boca y Libertad, respectivamente) y de ahí llegaron a ser gobernantes, para seguir acumulando para sus empresas y las corporaciones amigas. Eso ha sido el neoliberalismo en toda la región, con pérdidas para los trabajadores”.
Pereira dijo además: “Nosotros a Cartes lo consideramos un gran lavador. Está vinculado al contrabando de cigarrillos, también. Macri viajó acá con una avioneta particular de su amigo Cartes, que lo fue a buscar a Argentina. Y ahora comparten intereses en un negocio que es la construcción de Aña Cuá, la ampliación de Yacyretá, con parte de empresas ligadas a los dos. Lo firmaron siendo presidentes en 2017, beneficiándose a ellos mismos y ahora lo buscan de seguir como empresarios particulares”.
La Guerra de la Triple Alianza también pasó a la historia como la Guerra Guasú (que significa Grande, en guaraní). Es el mismo nombre que hoy lleva el Frente de partidos al que pertenece el senador paraguayo Sixto Pereira, que dialogó con El Ciudadano. Pretende ser una alternativa de gobierno, sin corrupción, con inclusión social, universalización de la salud pública y un programa de reforma agraria.