«Un archivo que reúne la memoria, lo afectivo y las violencias que sufrimos durante décadas», así resume Karla Ojeda el Archivo Travesti Trans de Santa Fe creado en octubre de 2020. Desde el colectivo organizaron ayer una actividad donde homenajearon a compañeras desaparecidas por la última dictadura cívico-militar. Hubo lecturas de poesía de Morena García y Laura Gosh y la música de Ayelen Beker.
«Si el Archivo de la Memoria es de todes y es colectivo, ¿dónde están las memorias de nuestras compañeras travas y trans?», señaló Ojeda. En octubre de 2020 Marzia Echenique y Carolina Boetti la convocaron para sumarse a la construcción de esta memoria colectiva. Desde entonces, se reúnen semanalmente y llevan realizadas entrevistas a las protagonistas y también a familiares de las que ya no están.
«Es un archivo afectivo, un proceso lento pero muy fructífero y emocionante. Removemos historias que son dolorosas muchas veces pero también hay mucha felicidad porque hay compañeras que lo pueden contar», explicó Ojeda.
A su vez, contó que la idea es crear una herramienta a la que tenga acceso toda la sociedad y también generar un cruce con la educación: «Es una de las intenciones y metas que tenemos: articular con la educación y así conectar el Archivo con la Educación Sexual Integral. Queremos ser parte de la historia de Rosario, que sea una herramienta didáctica y fundamental para lo colectivo».
Se trata de un espacio autogestivo e independiente, aclaran, aunque trabajan de forma coordinada con el Estado municipal y provincial. Hasta ahora estuvieron trabajando con historias de Rosario pero el objetivo es también llegar al resto de la provincia, primero a la capital y luego al norte santafesino.
Ojeda contó que sus compañeras son las que pueden dar cuenta de lo que significó para el colectivo vivir las detenciones en el marco de la dictadura y las prácticas que se continuaron. En cambio ella es la conexión con la historia que sigue, en la década de los noventa, cuando el Código de Faltas era la norma que regía.
El sector de la policía que, entre otras cosas, se encargaba de perseguir a las travestis se llamaba División de Moralidad Pública. Sobre ellas aplicaban tres artículos del Código de Faltas: travestismo, prostitución escandalosa y vagancia. Los artículos recién fueron derogados en 2010.
«Contamos en primera persona. Hablamos de violencias y situaciones que nos han atravesado el cuerpo. Nos dejaron marcas en la mente, el alma y nuestro corazón. Eso hace que el trabajo del archivo sea muy legítimo y real y hace que recuperemos historias y memorias que nunca fueron contadas ni visibilizadas», concluyó Ojeda.