Con un mercado en constante expansión y crecimiento, las motos se multiplican día a día en las calles de la ciudad, así como también los accidentes y la falta de apego a las normas. Paradójicamente hay una gran cantidad de escuelas de manejo para automóviles pero solamente una –única en el país– donde se enseña cómo manejarse a bordo de las dos ruedas. Esa institución, que fue declarada en su momento de interés municipal, es gestionada por la Asociación de Moteros Rosarinos y brinda cursos teóricos y prácticos sin costo alguno para todos aquellos que estén interesados en subirse y conducir una motocicleta. Desde ese lugar consideran como “fundamental” una etapa previa de instrucción, algo que sólo es tenido en cuenta por una magra minoría, y es por eso que le solicitan al municipio un lugar con suficiente espacio para poder dar clases y así multiplicar la cantidad de “alumnos” con el objetivo de mejorar la grave situación que atraviesa al tránsito local.
La escuela comenzó hace dos años aproximadamente pero carece del necesario apoyo oficial. El presidente de la Asociación de Moteros, Samuel Falcón, contó que “cada vez son más las personas que se manejan en moto desconociendo de manera sistemática las normas fundamentales para hacerlo de manera segura”. “Hay muchos temas que se desconocen como el del frenado. Las motos ahora vienen con freno a disco en rueda delantera y es por eso que muchos chicos cuando frenan de golpe terminan saliendo disparados para adelante. Está también el tema de los guantes, algo que nadie usa. Para manejar motos hay que llevar guantes porque cualquier cosa puede golpearnos las manos y esto puede terminar en una caída. Cuando uno se cae golpea generalmente con la cabeza y también usa las manos”, comentó.
Hay varias cosas a tener en cuenta a la hora de conducir una moto como el uso del cuerpo; las técnicas de frenado; la forma de tomar las curvas; la diferencia entre conducir solo y transportar un pasajero; la conducción sobre superficies mojadas; la conducción nocturna; la conducción en ciudad; la conducción en carretera; la conducción en grupo, y qué hacer en caso de caída, entre otras tantas.
Hay que tener especialmente en cuenta que conducir una moto es más exigente que manejar un automóvil porque este tiene cuatro puntos de apoyo en vez de los dos que tiene la moto. Esto hace que en un auto sea más difícil sobrepasar los límites de adherencia, frenado e inercias, que generalmente conducen a desastres; eso sin contar que en la moto el conductor va más expuesto, por lo que corre más peligro.
Falcón destacó que en la escuela de manejo hay cinco profesores y que –en su mayoría– quienes se acercan para realizar los cursos son mujeres. “Al no contar con un espacio adecuado para el tema de las prácticas nos solemos juntar en las cuatro plazas, en parques o directamente nos juntamos al costado de Circunvalación. Por eso es que nos encantaría que el municipio nos cediera algún espacio para poder dar las clases y que ya quede fijo. Hay que recordar que somos la primera y única escuela de estas características en toda la Argentina”, subrayó.
Al igual que en una academia de manejo para automóvil, en la escuela para motos se dan entre ocho y diez clases en las que se mezcla lo teórico con lo práctico. “Damos la información general y necesaria y hacemos especial hincapié en el tema de la seguridad, especialmente en el tema del uso del casco y también explicamos la clase de cascos que hay”, añadió.
Los cursos son gratuitos y la idea es que si se consigue un lugar adecuado para brindarlos a través de la ayuda oficial se establezca algún costo que está pensado como “totalmente accesible”. “Creemos que hay un gran problema en la actualidad y es que cuando una chica cumple los quince o un chico los dieciocho años sus padres les terminan comprando una moto y eso es algo que en muchas ocasiones, por la falta de experiencia, se convierte en algo muy peligroso y que trae consigo un alto riesgo de muerte”, relató,
En el mismo orden de cosas, el presidente de la Asociación de Moteros Rosarinos contó también que hace unos días mantuvieron un encuentro con el titular de la Agencia de Seguridad Vial, Claudio Canalis, para establecer un sistema de mecanismos con el objetivo de brindar mayor seguridad a los motociclistas.
Cabe recordar que la organización viene bregando desde hace largo tiempo para que se establezca por ordenanza la necesidad de llevar un casco para cargar combustible. “Esto se aprobó en la ciudad de Santa Fe y también en Reconquista. Acá en Rosario a esto lo tomó el concejal Aldo Gómez, pero la cuestión no prosperó por la queja de los estacioneros que no querían tener un papel de policías, según dijeron. Ahora nosotros nos preguntamos: ¿por qué revisan que las obleas no estén vencidas para cargar gas y se niegan a exigir casco? Es algo a lo que no le encontramos una respuesta todavía”, concluyó.