“Estamos cansados de esta infectadura y quieren imponernos el trapo rojo del comunismo”. Así una coqueta señora que formaba parte del puñado de manifestantes que llegó al Monumento a la Bandera cuando caía la tarde expresó por la radio su enojo con el gobierno nacional, en el marco de una protesta que inicialmente convocaron productores agropecuarios “autoconvocados”, con apoyo de las patronales agrarias nucleadas en la mesa de enlace y el soporte todoterreno del macrismo, y se desarrolló en distintas ciudades del país. Si bien el epicentro fue San Nicolás, donde se pudo ver a la recientemente acusada por enviar armamento a Bolivia para facilitar el golpe de Estado en ese país Patricia Bullrich disfrazada de paisana al mando de un equino, hubo rechazo a las políticas estatales hacia “el campo”, pero también cuestionamientos a la estrategia sanitaria frente a la pandemia y críticas al «intervencionismo estatal» en distintas áreas, en ciudades como Rosario y Avellaneda, en Santa Fe.
En Rosario, tal como había llamado esta semana la vicepresidenta de la Sociedad Rural local María Soledad Aramendi, la concentración fue desde las 16 frente al Monumento. “A mí me subleva que los chicos no vayan al colegio, cuando está demostrado técnicamente por pediatras que no tiene nada que ver (la presencialidad con los contagios)”, dijo un manifestante al móvil del servicio informativo de Radio Dos.
“Vengo de San Nicolás, emocionada, no era solo el campo. Llegué a Rosario pase por el Monumento, nadie y por lo que veo ahí está desierto. Tan escéptica y rota está la gente???”, posteó en Twitter una usuaria.
En el acceso norte a la norteña ciudad de Avellaneda, sede de la empresa caída en desgracia Vicentin, en ruta nacional 11 y provincial 31, los manifestantes llegados desde otros lugares cercanos, como la provincia del Chaco, se hicieron oír portando banderas albicelestes.
En San Nicolás, cientos de camionetas se estacionaron antes del mediodía a la vera de la autopista Buenos Aires-Rosario, en las proximidades del lugar del acto, donde no hubo distanciamiento social pese a la pandemia. Los participantes portaron banderas argentinas y pancartas con distintas consignas contra las políticas oficiales.
Los reclamos de los dueños de la tierra incluyeron un amplio listado que va desde el cepo a las exportaciones de carne al manejo de la pandemia y la gestión de vacunas. Pero también hubo cuestionamientos al regreso a las clases presenciales, la reforma judicial y las jubilaciones y, tal como se escuchó en Rosario, diatribas contra Argenzuela, el comunismo, la estatización de la Hidrovía, el envenenamiento con vacunas y ese tipo de consignas, habituales en las movidas opositoras. No faltaron, obvio, los hits que concentran la ira del momento: los varados en el exterior y las clases virtuales.
En San Nicolás, además del disfraz de gauchita que portaba Bullrich se pudo ver a José Luis Espert, el líder de otro espacio de la derecha vernácula, el Partido Libertario. Los principales referentes de la mesa de enlace, que enrola a la Sociedad Rural, CRA, Federación Agraria y Coninagro, también participaron.
Con la consigna «Ciudadanos movilizados en defensa de la producción, el trabajo y la educación», los organizadores mostraron sus disidencias también por las restricciones que complican el funcionamiento de comercios e industrias.
Al escenario, exhibido con una bandera argentina que lo cruzaba y llevaba la leyenda «Ciudadanos por la República», subieron representantes de distintos sectores, desde chacareros hasta dirigentes de la actividad inmobiliaria y el comercio.
Entre los manifestantes, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria, advirtió que las restricciones del Gobierno afectaron «la producción y al productor pequeño y mediano poniéndolo en serio de desaparición».
«Queremos que escuche el gobierno y el sector opositor», reclamó Achetoni, quien también pidió «un plan integral para el desarrollo de la Argentina».
En la misma línea se expresaron Jorge Chemes, de CRA, y el ex ministro de Agroindustria macrista Luis Etchevehere. Chemes consideró que el de San Nicolás fue un «acto histórico» y destacó que «el campo necesita transmitir la verdad hacia la opinión pública contra las malas políticas que aplica el gobierno nacional».
«Si el sector agropecuario no puede producir, impacta sobre toda la economía», sostuvo.
