Por Rosa Río
Las reglas básicas del periodismo auténtico exigen desarrollar la esencia del título en el primer párrafo de la nota. Lo podríamos graficar con algunos números que lo dicen todo: 40.442 chicos y adolescentes que, por alguna razón, no alcanzaron la expectativa educacional, de escuelas de 259 localidades de la provincia, ya están disfrutando de un enero ligado a lo lúdico, pero también a lo pedagógico y al vínculo que permite la soberanía sobre la propia personalidad para forjar un carácter sustentado en valores. Así, el «receso» escolar se convierte en un «proceso» educativo con mentalidad estadista y un objetivo tan importante como superador. ¿Quién dijo que no hay buenas noticias?
Pero esto no se hizo solo, ni en soledad: forma parte del programa nacional Acompañar, Puentes de Igualdad, y entre agosto y diciembre del 2022 se estuvieron haciendo aportes para poner en condiciones los natatorios con una inversión de 13.370.000 pesos.
Hasta aquí los números. Pero lo que a veces no se desprende de los comunicados oficiales es la faceta humanística que el tema comprende. Porque no estamos hablando de una simple colonia de vacaciones que les asegura la práctica del deporte, el encuentro con la naturaleza y el aprovisionamiento de una merienda saludable. Se trata de algo mucho más profundo: ¡intentar nivelar para arriba! ¿Cómo? Con un plantel de docentes de educación física, profesores especiales, psicólogos, asistentes sociales, acompañantes terapéuticos y mentores dispuestos a trabajar bajo una única consigna: propender a un ciclo lectivo 2023 más exitoso y productivo. Sin dudas, un verdadero equipo de voluntades que estarán fungiendo la esencia misma de los «salvavidas» en resguardo de futuras generaciones, esos chicos de nivel inicial, primario y secundario que hoy, y no mañana, están necesitando la acertada palabra y el ejemplo oportuno a la hora de definir sus destinos.
Haciendo un alto en su incansable tarea, dialogamos con la ministra Adriana Cantero, que administra y suministra un área tan esencial como es la Educación.
Con el cansancio del viernes reflejado en su rostro, a poco de comenzar la conversación, se mostró exultante cuando hablamos del Verano Activo 2023: «Es la soñada educación de puertas abiertas, con lazos que vinculan más allá de lo educativo, este renovado estilo de comunicación con la comunidad escolar, nos llena de franco regocijo», dijo como si fuera una madre hablando de las virtudes de sus hijos.
Sin dudas que su propia familia (4 hijos y 6 nietos), la sostienen en el pandemónium que significa combinar la vida privada con la pública, no exenta de críticas y vicisitudes.
Docente hasta la médula, atravesó todos los estamentos de la educación, de uno y otro lado del mostrador. Maestra, directora de escuela, supervisora, profesora universitaria, asesora pedagógica de la escuela de la comunidad franciscana, fundadora del primer centro especial para discapacidad cerebral severa, El Gurí; enseñanza y guía en la cuña boscosa, cerca de Tartagal, entre Vera y Reconquista, allá en Intiyaco, que en quechua significa Aguas del Sol, podríamos decir que en toda su existencia «mucha agua pasó bajo el puente», pero el sol siempre salió para iluminar su tarea docente.
«La Escuela es algo que yo quiero mucho», confesó a boca de jarro a esta cronista y no pudo evitar emocionarse al sostener que «es un oficio que enriquece, sostiene, convoca y nos reconcilia con la vida».
En esto que denominó «servicio universal», dar clases en una continuidad diaria y esta apertura dada en vacaciones para fortalecer los lazos con la escuela entendiendo la educación como un estilo de relación, la ministra sostuvo la importancia de profundizar el vínculo con el alumno para recuperarlo al mundo del conocimiento, abordándolo sobre ejes no tradicionales que ayudan a su formación integral.
Parafraseando a su par de Salud, puntualizó que tras la pandemia universal, resultamos ser «sobrevivientes del miedo, de la pérdida, de la incertidumbre, del encierro» y que quedó claramente demostrado que nunca es lo mismo lo presencial que lo virtual.
Por eso consideró relevante esta propuesta de verano, recreativa, lúdica, artística, deportiva, de la que participaron, para su organización, docentes de educación física, música, tecnología, arte; alumnos, padres, directivos, con diversos encuentros y tertulias previas que dinamizaron el motor de cada una de sus acciones, teniendo en cuenta todas las modalidades del sistema.
En este tema la funcionaria fue taxativa: «Hay que volver a la pedagogía del cuidado en espacios seguros y protegidos. Es lo que nos pide, en un grito silencioso, la comunidad educativa. Pero no sólo eso, despertar en cada individuo sus propios derechos y capacidades que lo hacen un ser pensante para poder elegir el camino a transitar en unidad y coherencia durante todo su recorrido, inicial, primario y secundario».
Se refirió también al logro, que no aparece en los grandes titulares de los medios, que permitió, tras un trabajo intenso de múltiples voluntades, aumentar considerablemente el número de alumnos en el sistema, superando holgadamente los guarismos del 2019, destacando la labor de «escuelas empoderadas» capaces de llegar al corazón de las transformaciones con coraje y valentía, y siempre, con una incondicional vocación y no «por los hombres y mujeres del mañana» como suele decirse, sino por los niños y jóvenes de hoy.
Los 880.000 libros repartidos entre 360.000 chicos con políticas verdaderamente integradoras y para que cada quien vaya creando su propia biblioteca en casa, tampoco estuvieron ausentes del auspicioso diálogo mantenido. Y en otro orden de temas trascendentes, también se refirió al Calendario Escolar y a la importancia del 27 de febrero como fecha histórica y relevante por el nacimiento de nuestra Enseña patria.
La ministra Cantero dijo que «es verdad que en los tiempos en los que se escogió el 20 de junio, fecha del paso a la eternidad de Belgrano, su creador, como fecha de celebración del Día de la Bandera, se tuvo en cuenta la presencia de los niños en las escuelas, pero será un acto de justicia histórica reivindicar el verdadero día en que eso aconteció en la Barranca de las Ceibas de aquella entrañable capilla del Rosario del Pago de los Arroyos que este año cumple 200 de Declaratoria de Ilustre y Fiel Villa». ¡Enhorabuena por el saludable revisionismo!