La desigualdad de género está presente en todos los aspectos de la sociedad y se puede expresar en números concretos que ayuden a entender este problema. Esta es la conclusión que arroja un trabajo realizado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) y la agencia Inmediata a pedido de la diputada nacional Lucila De Ponti, que analizó como se manifiesta esta diferencia en el ámbito laboral, el consumo y las tareas domésticas.
“La idea es tener estadísticas disponibles de estas situaciones de desventaja en la cual nos encontramos las mujeres, que muchas veces están tan naturalizadas que no se llegan a percibir, pero reproducen un modelo desigual que ya no se sostiene y que apuntamos a transformar“, explicó la legisladora santafesina.
Consumo
Las mujeres tienen un costo de vida mayor al de los varones por el sólo hecho de “ser mujeres”. Para conocerlo el Ceso calculó en Santa Fe el gasto anual promedio que se debe realizar tanto en productos específicos de higiene, anticoncepción o embarazo, como así también de estética y belleza.
Esta “Canasta de la mujer” arrojó que se gasta en sortear el período menstrual al año un mínimo de $5.174 en productos como toallitas femeninas, protectores diarios, analgésicos para dolores menstruales o pastillas anticonceptivas; valor que puede encarecerse según los diferentes consumos. También se calcula que en estética y belleza (depilación, maquillaje, peluquería y cremas) el precio asciende a $5.600 anuales. Lo mismo sucede en el caso de un embarazo, donde se destinan $5.198 en un kit básico de ropa para embarazada, apósitos post parto, apósito de lactancia, cremas cicatrizantes, faja y pezoneras.
“Hoy en día no existe ninguna política de Estado que asegure el acceso de las mujeres a estos productos fundamentales de salud e higiene y mucho menos a los relacionados con estética y belleza, que aunque puedan parecer secundarios, es innegable que existe un sistema de estereotipos y mandatos culturales que llevan a incorporarlos casi como obligatorios”, agregó De Ponti.
Hogar
No solamente en el consumo se marcan estas diferencias. Según midió Inmediata en Rosario, la desigualdad también se ve en el reparto de tareas domésticas y uso del tiempo, donde el 86% de las mujeres asegura que ocupa dos horas o más horas por día a realizar tareas domésticas, mientras que en los varones la cifra no llega ni a la mitad. El promedio arroja que los varones dedican 1,9 hora y las mujeres 3,6, casi el doble de tiempo. El resultado es que del total de horas de trabajo no remunerado, el 78% es realizado por mujeres.
“Que las mujeres dediquen el doble de horas que los varones muestra que todavía resiste esta ideas de asignar o vincular funciones del hogar a un sexo determinado, lo que tiene su correlato en una mayor precarización también en el mercado laboral, donde las mujeres jóvenes son el sector más afectado por la desocupación”, aseguró De Ponti.
Trabajo
Este universo fue el último analizado. Según datos del Observatorio del mercado de trabajo del Sindicato de Empleados Judiciales de Santa Fe, la brecha de desempleo general en Rosario coloca en situación de desventaja a las mujeres por 4 puntos (16,42% contra 12,33%). Pero al tener en cuenta el desempleo joven (hasta 29 años), la cifra se profundiza y alcanza en mujeres el 29,47%, lo que significa un 8% más que la de los varones, que es para este sector del 21,5%.
“No sólo las mujeres nos encontramos con mayor dificultad para acceder al mercado laboral como muestran estos números, sino que también al momento de estar empleadas percibimos en promedio menos ingresos por la brecha salarial que ronda el 30%”, agregó la legisladora del Movimiento Evita.
“Estos datos sirven para confirmar y trasladar a números concretos estas situaciones de desigualdad que muchas de nosotras percibimos a lo largo de su vida y que tenemos que empezar a visibilizar y cuestionar para alcanzar una sociedad con iguales oportunidades”, finalizó.