Por: Pablo Moscatello
Se acerca otra vez el verano y el río vuelve a ser para muchos rosarinos un buen lugar de esparcimiento. Y, en rigor, un buen termómetro para medir en números esa realidad. Según datos de la delegación local de Prefectura Naval Argentina, este año se registraron unas 800 embarcaciones nuevas en la ciudad, un guarismo que supera la media de años anteriores y ubica al parque cerca de las 12 mil unidades. En tanto, la contratara de este fenómeno es la dificultad que hoy tienen quienes adquieren una embarcación para conseguir un lugar donde cobijarla. Es que los 23 espacios (entre guarderías y clubes) que hoy existen en Rosario están a full y por estas horas los rosarinos deben recurrir a localidades vecinas como Arroyo Seco, Granadero Baigorria o San Lorenzo. “Hoy el parque náutico de la ciudad no crece más porque no hay lugar para guardar. Es así de sencillo”, sostuvo, tajante y en concordancia con todas las fuentes consultadas el jefe de Prefectura en Rosario, Claudio Mazziotta.
Boom de ventas
Según datos de Prefectura, el aumento de las embarcaciones llevó a que el registro en Rosario posea hoy alistadas cerca de 12 mil embarcaciones. En 2006 se habían inscripto unas 342 lanchas, mientras que al año siguiente el número subió a 460. Las cifras siguieron su línea ascendente y este año ya se registraron unas 800 barcas más. “Vienen creciendo a razón de un diez por ciento por año. Aunque este año tal vez haya sido algo mayor”, explicó Mazziotta. Los registros locales permiten por estas horas ubicar a Rosario en el segundo lugar a nivel nacional en cantidad de embarcaciones registradas, sólo superada por el delta bonaerense, que incluye las localidades de San Isidro, Olivos, Tigre y San Fernando.
“Con la iniciativa del municipio de explotar el río la gente se abocó en estos últimos siete años a navegar”, apuntó en diálogo con este medio el jefe de Prefectura en Rosario. El dato es corroborado por los empresarios que se dedican a la comercialización de lanchas, quienes explican el fenómeno en su totalidad en base a dos cuestiones. Por un lado, destacan que a sus puestos se han acercado en los últimos años cada vez más “gente joven”, que son hoy quienes más se lanzan a descubrir el río, especialmente en barcas pequeñas. La tendencia que se palpa en el ambiente (al interior de este hecho) es el cambio de lanchas de bajo porte por kayaks. El portento se da, dicen los comerciantes, en quienes buscan reducir costos y también se debe a que, además, cerca de la costa se puede remar con más tranquilidad.
Pero las embarcaciones de mayor porte también movieron el mercado. “Han sido muchos los casos en donde se ha buscado crecer con embarcaciones cómodas, con capacidad para unas seis u ocho personas”, explica Javier de Náutica MyM, una de las más importantes de la ciudad.
Lo cierto es que el boom de ventas de los últimos años ya está generando un cuello de botella. La mayoría de las 23 guarderías náuticas de Rosario que ofrecen el servicio para botes, lanchas, yates, kayaks y piraguas refieren que tienen colmada su capacidad. La oferta es escasa por estas horas en comparación al aumento de la demanda.
Javier señaló que las de medio porte no tienen lugar en ese espacio, lo que, debido a la situación general del parque náutico, amenaza con frenar de ahora en más la venta de las mismas. “A pesar del crecimiento en las ventas de los últimos años, al ver que no va a tener dónde guardar su embarcación, mucha gente piensa dos veces y espera para la compra de una”, explicó el joven.
Desde Prefectura fueron más categóricos. “El parque no crece más porque no hay en este momento más lugar para alojar embarcaciones”, explicó Mazziotta, quien al instante agregó que los rosarinos deben recurrir actualmente a localidades vecinas como Arroyo Seco, Granadero Baigorria o San Lorenzo para resguardar su flota.
Desde Río Complejo Náutico (donde se dedican sólo al guardado y no a la venta), prefirieron, para graficar cuál es la realidad del sector, rememorar lo que aconteció el invierno reciente, recordando que para esa época muchos clientes suelen retirar sus embarcaciones para ahorrar costos, pero debido al miedo a perder el lugar las dos últimas temporadas muchos ya no lo hicieron. Jorge, titular de de la guardería, relató que desde las agencias de venta lo llaman “todo el tiempo” para ver si tiene algún espacio, pero la respuesta es siempre la misma: un rotundo “no”. “Y eso que nosotros trabajamos con clientes chicos, con laburantes a los cuales les costó mucho comprar su embarcación. No se va nadie”, explica luego.
En general, el servicio de guarderías está disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. Según los parvularios, el servicio más usual (y el más simple) es el de guardado de la embarcación y el botado, para los cuales en muchos casos se utilizan puentes elevadores que llevan y dejan las embarcaciones en sus respectivas “cunas”.
Según explicaron desde la MyM, el dejar bajo su cobertura las barcas cuesta actualmente entre 335 y 1.100 pesos mensuales. “El servicio es el mismo para todos, sólo se cobra el tamaño de vehículo”, señalaron desde MyM. El primer monto corresponde para las motos de agua, el segundo a las lanchas de siete metros. El lugar tiene capacidad para entre 550 y 600 embarcaciones, “o unas 1.200 motos de agua”, diferenció el empleado. En tanto, en Río Complejo Náutico dejar una lancha tiene un costo promedio mensual de 300 pesos.