Tras 49 años de vigencia, la Corte Suprema de Estados Unidos revocó este viernes una sentencia que garantizó el derecho de las mujeres al aborto, pero que nunca había sido aceptada por la derecha religiosa. Esta decisión no convierte en ilegales las interrupciones de embarazo, sino que hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia Roe versus Wade, de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no. “Es un día triste para la Corte Suprema y el país. Es un camino extremo y peligroso en el que la Corte nos ha metido”, advirtió el presidente Joe Biden, quien explicó que la postura de uno de los integrantes de la mayoría conservadora del máximo tribunal –6 de 9 miembros– pone en peligro otros derechos, como el de usar métodos anticonceptivos, el de matrimonio igualitario y la privacidad.
Veintiseis de los 50 estados ya han aprobado o aprobarán leyes que prohíben el aborto, mientras que otros han promulgado medidas estrictas que regulan el procedimiento. “La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho”, escribió el juez Samuel Alito, en nombre de la mayoría, en el fallo de la Corte. Roe versus Wade “debe ser anulado”, añadió.
“Es hora de devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo”, escribió Alito en referencia a los parlamentos federales, un mensaje muy parecido al que se filtró en mayo pasado en los medios, provocando importantes manifestaciones en todo el país.
Desde entonces la situación era tensa en las inmediaciones del alto tribunal, acordonado por las fuerzas de seguridad para mantener a distancia a manifestantes, que ayer volvieron marchar hacia el Tribunal después de que se conociera el fallo.
Cinco de los seis jueces conservadores firmaron el fallo de mayoría: Clarence Tomas, Brett Kavanaugh, Neil Gorsuch y Amy Coney Barret, además de Alito; mientras que tres disintieron: Esteban Breyer, Sonia Sotomayor, y Elena Kagan.
Los tres jueces que votaron en contra criticaron duramente a la mayoría y lamentaron la decisión.
“Con tristeza, por esta Corte, pero más por los muchos millones de mujeres estadounidenses que hoy han perdido una protección constitucional fundamental: disentimos”, sostuvieron los magistrasdos, según consignó la cadena de noticias >CNN>.
Además expresaron su preocupación de que algunos estados “puedan impedir que las mujeres viajen fuera del estado para abortar, o incluso que reciban medicamentos para el aborto fuera del estado” dond residen. “Algunos pueden criminalizar los esfuerzos, incluida la provisión de información o financiación, para ayudar a las mujeres a obtener acceso a los servicios de aborto de otros estados”, añadieron.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, no se unió a la mayoría pero escribió en una opinión concurrente en la que manifestó que no había revocado Roe versus Wade, sino que sólo había ratificado la ley de Mississippi que prohíbe los abortos después de la semana 15 de embarazo.
Roe versus Wade se refiere al fallo de 1973 que estableció el derecho constitucional al aborto antes de la viabilidad fetal que, según la mayoría de los expertos, ocurre alrededor de las 23-24 semanas de embarazo, y la decisión fue reafirmada en 1992, en otro fallo del supremo, Planned Parenthood versus Casey.
Así, la sentencia de ayer es el resultado de un esfuerzo de décadas de la oposición al aborto, que buscan devolver más poder a los estados, y que se pudo materializar gracias a la sólida mayoría conservadora que quedó en la Corte Suprema tras el paso del republicano Donald Trump por la Casa Blanca.
Biden, su sucesor demócrata, pidió el voto para revertir la situación. Biden instó a los estadounidenses a designar a más senadores demócratas en las elecciones de medio término, en noviembre, con el fin de revertir la decisión del máximo tribunal, convirtiendo en ley federal el fallo Roe versus Wade.
Aunque es poco lo que puede hacer, algunas de las opciones que el presidente ha estado considerando incluyen eliminar las barreras para acceder al aborto con medicamentos y desafiar las leyes estatales que penalizan los viajes fuera del estado para la práctica. Según analistas, el presidente también puede declarar la Emergencia de Salud Pública, a modo de proteger a los médicos de la responsabilidad legal si tratan a pacientes en estados donde no tienen licencia para practicar abortos.
“Mi gobierno utilizará todos sus poderes legales apropiados. El Congreso debe actuar, y con su voto, usted puede actuar”, dijo Biden. El presidente agregó que la decisión ha convertido a Estados Unidos en «un caso atípico entre las naciones desarrolladas del mundo”, pero que la batalla legal “no ha terminado”.
El mes pasado. el Senado fracasó en su intento por aprobar un proyecto de ley destinado a garantizar el acceso al aborto en todo el país, después de que se conociera que la Corte Suprema tenía previsto revocarlo.
La votación era prácticamente simbólica pues los demócratas no contaban con los 60 votos requeridos para aprobar el texto.
Tras conocerse la decisión, el expresidente de Estados Unidos Barack Obama criticó el fallo de la Corte Suprema y lo consideró un ataque a las «libertades fundamentales».
«Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedente histórico, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos -atacando las libertades fundamentales de millones de estadounidenses», tuiteó el ex mandatario demócrata.
Como contrapartida, el ex vicepresidente republicano Mike Pence, un devoto cristiano evangélico, aplaudió el falló que «deja en el olvido» el derecho al aborto.
«Devolviendo el tema del aborto a los estados y al pueblo, la Corte Suprema ha corregido un error histórico», afirmó en Twitter el que fuera vicepresidente de Trump.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, también calificó el fallo de la Corte Suprema como una hipocresía que causará un daño interminable.
“La hipocresía es atroz, pero el daño es infinito. Lo que esto significa para las mujeres es un insulto. Es una cachetada para las mujeres por usar su propio juicio para tomar sus propias decisiones sobre su libertad reproductiva”, aseveró la política demócrata.
La principal organización de planificación familiar de Estados Unidos prometió hoy seguir «luchando» por quienes lo necesitan.
«Sabemos que pueden estar sintiendo muchas cosas en este momento: dolor, ira, confusión. Lo que sea que sientan está bien. Estamos aquí con ustedes y nunca dejaremos de luchar por ustedes», tuiteó Planned Parenthood.
En tanto, a nivel internacional diferentes mandatarios, como el primer ministro británico Boris Johnson y su par canadiense, Justin Trudeau, deploraron el “retroceso” en Estados Unidos.
“Es un duro golpe a los derechos humanos de las mujeres y a la igualdad de género”, se sumó la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. La funcionaria remarcó que el acceso a un aborto seguro, legal y eficaz está “firmemente arraigado en el derecho humano internacional y es central para la autonomía de las mujeres”.
Y la organización Amnistía Internacional (AI) calificó al fallo como “un histórico retroceso para los derechos humanos”.
Entre los escasos apoyos del exterior se contó el de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, que juzgó “importante” reabrir un “debate no ideológico” sobre el tema.
“El dictamen de la Corte muestra cómo el tema del aborto sigue suscitando acalorados debates. El hecho de que un país grande con una larga tradición democrática haya cambiado su posición sobre este tema también desafía al mundo entero”, planteó la institución en un comunicado.