Ganó un partido en donde sus hinchas festejaron el ascenso. Jugando mal, pero sin claudicar en su intento por conseguir la victoria. Contó con la colaboración del inexperto Nicolás Lamolina y en el debe quedó que se lo notó muy nervioso. Carrizo fue determinante, y no solo por el gol del final.
El primer tiempo de Central fue flojo. Le costó ser prolijo, se dejó anticipar por la visita y casi no creó situaciones de peligro. Para colmo, cuando generó alguna le tocó definir a Toledo. Y se sabe que no es lo suyo, definir bien.
Méndez fue bien marcado por Shmil, extrañó horrores a su socio Nery Domínguez. La pelota salía desde el fondo con Caranta, y esa idea de dividir le facilitó la cosa a Crucero del Norte. Freitas hace lo que puede, que es muy poco, pero no le pidan que juegue. Apenas si marca.
Lagos fue otro que no arrancó jamás, solo el pibe Becker dejó la impresión de poder encontrar el camino a Gaona. Claro que la cosa se complicó con el gol de Tambussi. Y mucho más cuando Encina desperdició el increíble penal cobrado por Lamolina junior.
En la locura del final, Central fue a la carga de cualquier manera. Con Ferrari empujando al resto desde el fondo. Crucero solo se defendía y Central chocaba. Y en esa ingeniería dos tiros libres le abrieron la puerta del triunfo. En el primero un centro de Delgado fue capitalizado por Toledo debajo de la barba de Gaona.
Y el del final, luego que Lamolina cobró retención a metros de la línea de gol, Méndez sacó la pelota hacia fuera y Carrizo rompió el arco. Es cierto que jugó mal, que el árbitro gravitó, pero también que consiguió lo que buscó desde el principio.
42′ PT. Rosario Central 0 – 1 Crucero del Norte. El gol de Guillermo Tambussi.
45′ PT. Rosario Central 0 – 1 Crucero del Norte. El penal que marró Encina.
40′ ST. Rosario Central 1 – 1 Crucero del Norte. El gol de Javier Toledo.
49′ ST. Rosario Central 2 – 1 Crucero del Norte. El gol de Federico Carrizo.
