El presidente egipcio, Hosni Mubarak, trató de ganar tiempo el lunes frente a los manifestantes que reclaman desde hace dos semanas que abandone el poder de inmediato, al anunciar un aumento del 15% de los salarios de los funcionarios y de las jubilaciones.
Estos aumentos, decididos en pleno movimiento de protesta sin precedente que sacude al país desde el 25 de enero, entrarán en vigor el próximo 1 de abril.
«Los aumentos de las jubilaciones le cuestan al Tesoro 6.500 millones de libras egipcias (algo más que 1.000 millones de dólares)», precisó el ministro de Finanzas, Samir Radwane, según declaraciones citadas por la agencia Mena.
El gobierno aprobó también por la creación de un fondo a altura de 5.000 millones de libras (840 millones de dólares) para compensar a los propietarios de comercios, de fábricas y de vehículos víctimas de robos, de pillaje y de vandalismo durante las manifestaciones contra el régimen de Mubarak.
«El gobierno se preocupa del ciudadano egipcio y quiere mejorar su nivel de vida», declaró el primer ministro Ahmad Shafiq, tras celebrarse la primera reunión del conjunto de Consejo de Ministros desde la remodelación de hace diez días para enfrentar la crisis.
Los anuncios ocurren también al día siguiente de una nueva «sesión de diálogo nacional» entre el poder y la oposición, con la participación de los Hermanos Musulmanes, primera fuerza de oposición. Era la primera vez en medio siglo que el poder y la formación conversaban públicamente.
La plaza Tahrir, convertida en símbolo de la protesta en El Cairo, seguía el lunes por la noche ocupada por miles de manifestantes.
Un directivo egipcio del gigante estadounidense de internet Google, convertido en figura de la movilización y que fue detenido durante las manifestaciones, fue liberado el lunes y estaba «de camino hacia la plaza de Tahrir», indicó una fuente de seguridad.
Wael Ghoneim, responsable de marketing para el gigante de internet en Oriente Medio y en África según su perfil en la red social para profesionales Linkedln, no había dado noticias desde el 28 de enero, tras una manifestación masiva en El Cairo.
La ciudad de 20 millones de habitantes, retomaba paulatinamente cierto aspecto de normalidad, con la reapertura de muchos comercios y bancos y el restablecimiento de la circulación en los puentes y las carreteras desde el domingo.
El toque de queda fue reducido de nuevo en la capital, en Alejandría (norte) y en Suez (este).
La Bolsa de El Cairo, cerrada desde el 30 de enero, reabrirá el 13 de febrero, informó la dirección de la plaza bursátil.
Durante la mañana, varias decenas de personas habían bloqueado el acceso a un importante edificio gubernamental, el Mugama, aledaño a la emblemática plaza.
Los manifestantes dijeron que habían adoptado esa medida tras haber detenido a un individuo que se proponía incendiar el imponente edificio con la intención de desacreditar al movimiento contestatario. El hombre fue entregado al ejército.
El presidente estadounidense, Barack Obama, reiteró el domingo su deseo de que se inicie «inmediatamente» una transición «ordenada» y «significativa» que desemboque en un «gobierno representativo» en el país árabe, aunque se abstuvo de pedir la partida inmediata de Mubarak, un aliado de larga data de Washington.
Pero el jefe de la diplomacia egipcia, Ahmed Abul Gheit, respondió que su país rechazaba los «dictados» del extranjero.
Desde el 3 de febrero, las manifestaciones se desarrollan principalmente de forma pacífica.
Los enfrentamientos entre policías y manifestantes durante los primeros días de la protesta, y entre militantes por y anti-Mubarak el 2 de febrero, dejaron al menos 300 muertos, según un balance no confirmado de la ONU, y miles de heridos, según fuentes oficiales y médicas.
El lunes por la mañana, en el este país, unos hombres sin identificar dispararon cuatro cohetes contra un cuartel de la policía en Rafah, en la frontera con Gaza, dejando un herido, según una fuente de las fuerzas de seguridad, pero se desconocía si el ataque estaba relacionado con el movimiento de protesta.
Se prevén nuevas manifestaciones en contra del poder el martes en las grandes ciudades de Egipto.