En la Ciudad Deportiva de San Lorenzo, Central cayó 2-0 y se despidió del campeonato semi profesional de AFA en los cuartos de final. No sin antes pelear. Con una formación poblada de cambios, el partido clave se terminó definiendo promediando la mitad del segundo tiempo con goles de Florencia Salazar y Nicole Hain.
Para este duelo, Roxana Vallejos debió mover el banco. Algunas variantes fueron obligadas por casos positivos de Covid-19, otras tácticas y para resguardar jugadoras que no estaban al 100 por ciento.
Desde el arranque, el elenco auriazul presentó 5 cambios en relación al once inicial que salió al Gigante ante Platense en la última fecha de la fase regular. En la defensa ingresaron Araceli Delma González, Luna Gamón y Verónica Acuña, en lugar de Valentina Mana, Virginia Coronel y Elen Leroyer. En el medio, Camila Bellavia y Verónica Acuña reemplazaron a Virginia Gómez y Estefanía Piazza y adelante, Nadia Fernández ingresó por Lara López.
Algo que acostumbra a hacer la DT Canalla que durante la fase regular buscó sumar variantes y darle rodaje a la gran mayoría de las futbolistas del plantel.
En la previa, el partido se mostraba favorable para el Ciclón, segundo en la zona A y siempre protagonista de los torneos de AFA. Y la diferencia, además de la experiencia, parecía estar en lo físico, que fue finalmente lo que terminó definiendo la clasificación para las locales.
Desde el arranque, Central se mostró como ese equipo que acostumbra a ser. Presión alta de las delanteras y las mediocampistas para aprovechar la velocidad de Lonigro, que estuvo imparable durante todo el duelo. Pero con el correr de los minutos fue cediendo la pelota y ese desgaste durante más de 45 minutos pasó factura en el complemento, donde terminó apostando para jugar de contragolpe. Las arqueras de ambos equipos, Sofía Olivera y Alicia Bobadilla, ambas de Selección, fueron claves para que el partido terminara en el primer tiempo igualado sin goles.
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Porque a pesar del resultado desfavorable del final, Central tuvo varios puntos altos. E incluso lo pudo ganar. En el inicio del partido, antes del minuto de juego, Paula Salguero recibió la pelota dentro del área después de un mal despeje de San Lorenzo, le ganó el mano a mano a la arquera de la selección de Paraguay, pero alcanzó a llegar López para trabar y evitar lo que era el primer gol del partido. También lo tuvo Abigail Ponce, después de un cambio de frente de Nadia Fernández, recibió en soledad y cuando se le venían las defensoras pateo al palo de la arquera que alcanzó a despejarla.
Promediando la mitad de los primeros 45 minutos, la presión alta de Central no cedió, pero San Lorenzo fue ganando terreno con la pelota, sin lastimar llegó más y de forma más clara. Aunque siempre se toparon con la defensa Canalla que se lució, con Virginia Coronel como una de las figuras, lograron neutralizar a Débora Molina, goleadora del torneo con 9 tantos. Además, Olivera aportó dándole tranquilidad al equipo: cortó bien cada pelota que llovió al área. Aunque en el complemento, el primero de San Lorenzo llegó así, y la uno no alcanzó a contener, fue unas de las figuras del partido.
Ya en la segunda parte se notó la diferencia física y el desgaste hecho durante los primeros minutos del partido. Y San Lorenzo lo aprovechó. Los cambios del Canalla parecieron llegar tarde, las jugadoras se quedaron sin piernas y con más pasión que otra cosa no dejaron de buscar.
No alcanzó y Central se quedó en las puertas de las semifinales. Pero hizo historia, se metió entre los ocho mejores, peleó de igual a igual y culminó un torneo en el que siempre apostó por ser protagonista. Ahora el Canalla dará vuelta la página y volverá a la carga para seguir alcanzando objetivos: crecer y escribir nuevas páginas del fútbol rosarino a nivel nacional.