El papa Francisco llamó este domingo a «no confundir la fiesta con el consumismo» y a «quedar cercanos con nuestros hermanos que sufren por la guerra, la miseria, el hambre y la esclavitud», tras rezar el Ángelus por la celebración de la Navidad.
«El Evangelio nos presenta la escena de anunciación, el ángel para explicar a María como concebir a Jesús le dice: el Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del altísimo te cubrirá con su sombra», manifestó el sumo Pontífice durante el rezo mariano en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Y pidió «detenerse en esta imagen» de la sombra: «En la tierra de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección», y añadió que «así es el modo de hacer de Dios».
«La sombra es un don que restaura y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu desciende sobre María, el modo de hacer de Dios: actúa como un amor gentil que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad», señaló el Papa.
«Dios está para nosotros, es nuestro cobijo, nuestro refugio. La sombra habla, en suma, de la gentileza de Dios. Es como si él dijera a María, pero también a nosotros, ‘Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo», exclamó.
Y añadió: «Así se comporta el amor fecundo de Dios; ese amor lo podemos experimentar cada uno de nosotros, cuidando a los demás con amabilidad, entre nosotros. Dios ama así y nos llama también a nosotros a hacer lo mismo: acogiendo, protegiendo y respetando a los demás».
Por otra parte, el Pontìfice aseguró que «mientras celebramos las fiestas navideñas, encontraremos a parientes y amigos que tal vez no veíamos desde hacía tiempo, pero también habrá más de alguno que pasará las fiestas solo».
Al respecto, Francisco invitó a que atendamos al otro «de manera delicada y discreta: escuchando, acompañando, visitando, haciéndonos también nosotros para los demás ‘sombra del Altísimo'».
Luego, el papa se se refirió a los «italianos que viven en territorios contaminados y están esperando que sean reestablecidos, les deseo solidaridad y que su voz sea escuchada».
«A todos ustedes les deseo un feliz domingo y una vigilia de Navidad en la oración, en el calor de los afectos y la sobriedad», sostuvo Francisco, y agregó: «Permítanme una recomendación: no confundamos la fiesta con el consumismo».
«Se puede como cristiano y se debe festejar en sencillez, sin estar gastando tanto y compartiendo con quien le falta lo necesario o le falta la compañía», aseveró el Papa.
Finalmente, solicitó: «Quedemos cercanos a nuestros hermanos y hermanas que sufren por la guerra, pensemos en Palestina, en Israel, en Ucrania, pensemos también aquellos que sufren por la miseria, el hambre, la esclavitud. Dios que ha tomado el corazón humano, quien funda humanidad en los corazones de los hombres».