Hernán Encina fue uno de los puntos altos de rendimiento en la victoria de Central ante Newell’s. Es que, además de anotar el gol con el que los auriazules se quedaron con el clásico, el Sapito cumplió una importante función en el mediocampo. Atento a los movimientos de Lucas Bernardi, Encina respondió tanto en el aspecto ofensivo como cuando el equipo de Miguel Russo tuvo que tratar de recuperar la pelota.
“La verdad que es así, para el que nació en Central un clásico es otro partido; se metió, se jugó, y estamos muy contentos por cómo se dio este triunfo”, dijo Encina, feliz por haber anotado su segundo gol en un clásico.
“Me había tocado hacer uno en cancha de Newell’s, cuando debuté, fue hace mucho tiempo; creo que esta vez lo pude disfrutar mucho más porque, además, necesitábamos ganar este partido”, dijo el mediocampista, autor del tanto con el que Central, que era dirigido por Juan José López, había empatado ante Newell’s. Ese día, el 11 de noviembre de 2001, el Sapo convirtió el primer tanto del encuentro tras sesión de Juan Antonio Pizzi. Más tarde, igualó Nicolás Pavlovich para los rojinegros.
—¿Qué considerás más importante, haberle ganado a uno de los equipos que mejor juega, o haber vencido al clásico rival?
—Valoro las dos cosas. Mi corazón es azul y amarillo, pero hay que reconocer que Newell’s es un buen equipo, que viene jugando muy bien. Se le ganó a un equipo duro. Más allá de que es un clásico, se vive de la misma manera siempre, más allá de cómo llega cada uno al partido. Pero me parece que planteamos el partido con inteligencia y nos llevamos un merecido premio.
—¿Qué frase utilizarías para definir un clásico?
—Es un partido de otro mundo. Es el partido que la gente y la ciudad quiere ganar más que nada, un triunfo que llena de alegría. Ojalá que podamos aprovechar el envión anímico que significa ganar un partido tan importante.
—¿Por cómo se dio, va a ser un día difícil de olvidar para vos?
—Seguro. Fue un triunfo especial, por el Día de la Madre, por ser un clásico. Y además, marcar un gol en este partido es lo mejor que te puede pasar. Creo que también tiene que ser positivo en lo anímico, porque te permite seguir sumando confianza. Veníamos jugando bien, y esto nos tiene que potenciar aún más.
—En algún momento del segundo tiempo, ¿sentiste que los podían llegar a empatar?
—Creo que los controlamos bastante bien. En el segundo tiempo teníamos que ser pacientes para poder tener la pelota. Pero no fue fácil. El mérito fue que siempre estuvimos ordenados. Y se jugó un buen partido.