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Encontrar equilibrio y regularidad, el principal objetivo canalla para lo que viene

Defender mejor desde lo colectivo es una de las materias pendientes del ciclo que comanda Cristian González como técnico auriazul. Aprobarla cuanto antes sería un factor clave para cumplir con el propósito de quedar entre los cuatro mejores de la zona

Defender mejor desde lo colectivo es una de las materias pendientes del ciclo que comanda Cristian González como técnico de Rosario Central. Aprobarla cuanto antes, y encontrar regularidad, serán factores clave a favor de que los auriazules dispongan de mejores herramientas para tratar de alcanzar el objetivo de base trazado: clasificar entre los primeros cuatro equipos del grupo B y meterse en la fase de definición de la Copa de la Liga.

Pero el examen no es sencillo. Pasa que, desde su generosa propuesta, que principalmente pasa por salir a buscar el resultado volcando muchos jugadores al ataque.  Así, Central pierde equilibrio, le generan situaciones, y habitualmente le convierten. Los números grafican el concepto: en 66 partidos de Kily como DT de la primera los de Arroyito recibieron 94 goles, casi 1,5 por juego; y sólo consiguieron 16 vallas invictas, menos de 1 cada 4 compromisos.

Ahora, y más allá de la irregularidad que mostró Central en estos primeros cinco encuentros de la Copa de la Liga, los números marcan una mejoría en lo defensivo. Los auriazules ya le bajaron la persiana al arco en 2 partidos y sufrieron un total de 5 goles en contra, un promedio de 1 por cotejo jugado. Eso sí, para que ese crecimiento sea más tangible, los del Kily deberán mostrar mayor estabilidad. Para ser un equipo defensivamente serio, el canaya tendrá que parecerse en funcionamiento al que derrotó a Vélez en la segunda fecha; y, a la vez, alejarse lo máximo posible del que dio todo tipo de ventajas en el segundo tiempo ante Godoy Cruz, en la cuarta jornada.

La mejora estadística del aspecto defensivo, es indiscutible. Pero la irregularidad que exhibe Central la empaña, le hace perder algo de fuerza a los números. Y es ese mismo factor el que genera dudas sobre si hay un crecimiento en el rendimiento defensivo del equipo, o si solo se trata de espasmos. Como ejemplo estadístico de la mejoría defensiva de los auriazules, en este torneo interrumpieron dos rachas negativas de partidos consecutivos sin recibir goles.

La primera fue cuando derrotó a Vélez en el Gigante por 1 a 0. Hasta ese encuentro, los del Kily acumulaban 14 juegos de campeonato de primera división sin dejar su valla en cero. La última vez se había dado en un triunfo ante San Lorenzo en Arroyito (1-0), el pasado 20 de setiembre.

La segunda fue este último jueves, con la victoria frente a Central Córdoba en Santiago del Estero por 1 a 0. Antes de ese éxito, Central acumulaba 16 encuentros jugando de visitante por el  torneo local sin bajar la persiana de su arco. Eso había sucedido hace casi un año, el 16 de abril del 2021, cuando por la fecha 10 de la Copa de la Liga, Central venció a Aldosivi en Mar del Plata por 1 a 0 con gol de Diego Zabala.

Equilibrio y regularidad, dos cualidades que deben ganar terreno e imponerse en el Central del Kily para que el equipo sea defensivamente serio y confiable. De lo contrario, el camino hacia la conquista del objetivo será complejo. Y flota la sensación de que una nueva frustración complicaría la continuidad del ciclo Kily González, que desde lo deportivo aún no dejó huellas.

A no perder poder de ataque

Otro desafío para Cristian González y su cuerpo técnico será, además de mejorar el funcionamiento defensivo del equipo, conseguirlo sin perder su poder de gol. Es que desde lo ofensivo, el ciclo Kily en la primera de Central cuenta con buenos números. Hasta acá, en 66 partidos, el equipo anotó 94 goles, casi 1,5 por juego. Y no pudo convertir sólo en 15 de esos 66 encuentros.

Eso sí, en los 5 encuentros de esta Copa de la Liga, Central hizo 5 goles, una media de 1 por partido. Pero 4 de esos tantos llegaron desde la ejecución de pelota detenida, que en todos los casos fue obra de Emiliano Vecchio. Y 3 fueron convertidos por defensores: Facundo Almada, que facturó 2, y Javier Báez.

Siempre analizando el poder de gol del equipo del Kily, Central arrastra una racha positiva de 10 partidos consecutivos de torneo local marcando al menos 1 tanto. La última vez que el canaya no pudo festejar un gol fue el 5 de noviembre del año pasado, en la derrota como visitante frente a Defensa y Justicia (3-0). Después de ese encuentro, los de Arroyito anotaron 14 tantos en los 19 juegos siguientes.

Por último, y ahora considerando únicamente los juegos de local, Central no convirtió goles en sólo 4 partidos de los 32 que tuvo en esa condición durante este ciclo. El último sin anotar en el Gigante se dio el 3 de octubre del año pasado, cuando Argentinos Juniors se impuso en su visita por 1 a 0. Desde entonces, los auriazules disputaron 7 juegos en casa y marcaron 13 goles.

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