Familiares de Gissella Solís Calle confirmaron que el cuerpo encontrado en el denominado Camino Negro, que une las localidades bonaerenses de Villa Elisa, partido de La Plata y Punta Lara, Ensenada, pertenece a la odontóloga desaparecida hace dos semanas. Ahora los investigadores deberán determinar la mecánica del femicidio.
La escena donde trabajan policías y peritos fue en Camino Negro, donde hallaron un cuerpo enterrado. Momentos después confirmaron que se trata del de la odontóloga. La búsqueda duró 14 días.
Los detectives llegaron a ese lugar tras reconstruir el camino que recorrió –según la hipótesis de los investigadores– la pareja de la mujer y principal sospechoso por la desaparición, Casimiro Abel Campos, quien se suicidó hace nueve días. Hay registros de cámaras de seguridad donde se observa a su camioneta marca Nissan en esa zona.
El cuerpo fue hallado en inmediaciones de un pequeño arroyo, a pocos metros de la bajada Villa Elisa de la Autopista Buenos Aires-La Plata, en el inicio de Camino Negro. La zona es conocida popularmente como Selva Marginal, publicó Infobae. En el lugar están el jefe de la Policía Bonaerense, Fabián Perroni, y Mariela Solís Calle, hermana de Gisella.
Solís Calle tenía 47 años. El 15 de enero se contactó por última vez con su familia. Su pareja, Casimiro Abel Campos, se suicidó el domingo 20 en la habitación de un hotel cuando la Policía lo buscaba. Antes, la Justicia lo había citado para que aportara datos sobre el paradero de su pareja. Nunca se presentó.
La familia de la odontóloga sospecha que la Gisel y Campos habían mantenido una fuerte discusión. Sostienen que Gisella se había cansado de la doble vida de Casimiro Abel –estaba casado y tenía una familia en la localidad bonaerense de Lobería– y tenía previsto ponerle punto final a la relación. Desde ese momento no pudieron contactarse con ella.
Cecilia Carmen Bonazza, esposa de Campos, declaró ante la fiscal Ana Medina, titular de la UFI N°1 de La Plata, que su marido estuvo con ella en Lobería días despúes de la desaparición de Gisel. Lo vio por última vez la mañana del domingo cuando se suicidó. Antes de despedirse, el hombre le dio las claves de sus cuentas bancarias, confiaron investigadores.
El cuerpo estaba envuelto en sábanas. En el allanamiento efectuado en la casa de Gisella, la Policía advirtió que alguien se las había llevado de la cama, donde sólo quedaron las fundas de las almohadas. Este martes los investigadores confirmaron que las sábanas en las que estaba envuelto son las que faltaban de la casa de la mujer.
