Ana María Alurralde, de 59 años, fue encontrada muerta este sábado en en un zanjón ubicado en General Paz y Las Mandarinas, en la localidad de Monte Vera, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. El viernes a la mañana, su pareja, un hombre de 66 años con el que convivía desde hace dos décadas, había denunciado la desaparición de la mujer. Pero poco después quedó demorado por inconsistencias en sus declaraciones. El caso provocó una fuerte alarma ya que Ana María es la hermana del juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde, que desde hace tiempo es blanco de amenazas por su actividad en la persecución del narcotráfico.
El denunciante vive en en el barrio Schneider de la ciudad de Santa Fe con Ana María desde hace 20 años. Ambos tienen hijos de relaciones anteriores y según contaron los vecinos a los medios se los veía siempre juntos. La denuncia fue realizada en la comisaría Sexta de la capital provincial.
Primero tomó intervención la fiscal Bárbara Ilera, de la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual, quien ordenó las diligencias de rutina para estos casos. Con el correr de las horas, y a raíz de diversos elementos que fueron surgiendo de la investigación, el caso fue derivado a la fiscal de Homicidios Ana Laura Gioria. Entre la tarde del viernes y la mañana de este sábado, Gioria ordenó varias diligencias, algunas de las cuales se concretaron durante la noche y otras continuaron este sábado.
En función de los elementos recolectados, el propio denunciante quedó demorado. Según trascendió, en la vivienda que compartían detectaron mediante el test de luminol rastros de sangre que había sido limpiada. El hombre, además, se contradijo ya que aseguró que la mujer había salido con el auto, aunque según los dichos de vecinos no sabía manejar.
El caso generó conmoción por la filiación de la mujer. El legislador Carlos Del Frade emitió un comunicado: “Nuestra más absoluta solidaridad con la familia del juez federal Aldo Alurralde de la ciudad de Reconquista en este momento tan difícil. No se sabe nada de su hermana. Varias veces reclamamos protección para él y su familia. Uno de los poquísimos jueces federales que enfrentan las mafias del narcotráfico”. Esa vinculación contribuyó a darle resonancia, primero, a la desaparición, y luego a la muerte. Otra hipótesis es la de un femicidio.
Cerca del cadáver de Ana María, la Policía encontró el Volkswagen Gol gris que estaba a nombre de la mujer.
El hermano
En agosto pasado, el magistrado entró a su despacho y encontró un pájaro muerto y aplastado junto al mouse de su computadora. Esa extraña situación fue interpretada como un mensaje mafioso contra el magistrado y sus investigaciones.
Alurralde le dijo al portal ReconquistaHoy que “el despacho –en el Juzgado Federal de Reconquista– por la tarde está con vidrios cerrados, por lo que es imposible que entre un gorrión y menos que muera ahí. (El pájaro) está aplastado y puesto, y lo preocupante es que pudieran ingresar a mi despacho”, remarcó. Y agregó que no tiene dudas de que el hallazgo representa un mensaje mafioso.
Alurralde contó que fue el último de todos los empleados del Poder Judicial que se retiró del Juzgado federal. Y se constató que todo estaba cerrado, y que no existe forma de que hubiera ingresado un pájaro al despacho, mucho menos se explica el aplastamiento que sufrió el gorrión.
Por eso no tiene dudas que se trata de un mensaje mafioso que ahora debe investigar la Fiscalía federal de Reconquista.
Alurralde y un Juzgado Federal fuertemente custodiado
El Juzgado es custodiado las 24 horas por personal de Gendarmería Nacional que tiene acceso al edificio, incluso al despacho del magistrado.
Los gendarmes cumplen esa misión desde noviembre de 2018, cuando Alurralde echó del juzgado a los policías federales encargados de la vigilancia porque habían desaparecido 38.500 atados de un camión Scania secuestrado con un cargamento de cigarrillos de contrabando que tenían en custodia. Inmediatamente, la jefatura regional trasladó al jefe y a varios de los federales que estaban en Reconquista, con asignaciones en otras jurisdicciones.
Alurralde ya conoce de intimidaciones: en la madrugada del sábado 9 de julio de 2016 regresaba a su casa en la zona rural de Nicanor Molinas (a 22 kilómetros de Reconquista) por la ruta provincial 40 cuando un vehículo se le puso a la par. Uno de sus ocupantes bajó la ventanilla del acompañante y le mostró un arma.
“Si lo que buscan es amedrentarme, no lo van a conseguir”, dijo ahora el juez que vive en la zona rural custodiado las 24 horas por personal de Gendarmería.