Ricardo Montivero, apoderado y amigo íntimo de Eugenio Raúl Zaffaroni, fue hallado muerto en una de las casa del ex juez de la Corte Suprema en el barrio porteño de Flores. La víctima, que tenía 76 años, había sido investigado en el marco de una causa por el funcionamiento de presuntos prostíbulos en inmuebles que pertenecían al exmagistrado.
El descubrimiento fue realizado por una empleada doméstica que trabajaba en la vivienda, ubicada en Avenida Boyacá. La mujer llamó al número de emergencias 911 y manifestó que había un hombre «en estado inconsciente en el baño de la casa».
Efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires de la Comisaría Vecinal 7C se trasladaron hasta el lugar y, al llegar, constataron junto a médicos del SAME la muerte de Montivero. Rápidamente se abrió una investigación por «averiguación de causales de muerte» a cargo del juez Yamile Bernat y la fiscal Ana Monteleone.
Según informaron las fuentes del caso, no se encontraron «signos de violencia» en el lugar del hecho ni tampoco en el cuerpo de la víctima. De todas formas, la Justicia aguarda el informe de autopsia de la Morgue Judicial y, al mismo tiempo. se supo que el colaborador y amigo del Dr. Zaffaroni sufría de hipertensión y problema de diabetes.
Además, trascendió que el exmagistrado le expresó a los agentes de la fuerza de seguridad que asistieron a la casa que el hombre que vivía en ese domicilio era su “íntimo” amigo.
En 2013, el nombre de Ricardo Montivero se hizo público por ser apoderado del entonces juez de la Corte Suprema para dar por terminada una causa penal que se había iniciado contra él por el funcionamiento de supuestos prostíbulos en departamentos que estaban a su nombre.
El escándalo por los prostíbulos
Zaffaroni, reconocido jurista alineado al kirchnerismo y con aportes destacados a la teoría del delito, fue denunciado hace más de una década a raíz de la investigación en la que PERFIL descubrió que un departamento a su nombre de la calle Vicente López en el barrio de Recoleta era utilizado por mujeres que brindaban servicios sexuales. La ONG La Alameda se hizo eco y radicó una serie de denuncias para que se investigue.
La investigación tomó tal magnitud que al final se descubrió que no era solo un departamento, sino que se trataba de seis. En aquel momento el exjuez de la Corte reconoció que los inmuebles eran de su propiedad, pero sostuvo que desconocía lo que sucedía en ellos porque eran administrados por su apoderado.
En declaraciones a Página/12 en 2011, Zaffaroni había dicho en defensa a las acusaciones en su contra que lo había era «un ilícito civil de desnaturalización del contrato de locación, del cual yo soy una víctima. Si hay delito de trata lo analizará la Justicia».
En mayo del 2013, el apoderado de Zaffaroni, Ricardo Montivero, se presentó ante la Justicia y dijo que tenía a cargo la gestión de los inmuebles apuntados por la Justicia. Debió pagar una multa para dar por terminada la causa por violación de la ley de profilaxis, contra quienes «sostengan, administren o regenteen ostensible o encubiertamente casas de tolerancia».
En 2014, el juez de instrucción Carlos Manuel Bruniard dejó firme el sobreseimiento cuando declaró extinguida la acción penal contra Montivero a raíz del pago de la multa, ya que no tenía antecedentes penales.