El hombre de 33 años detenido con prisión preventiva por estar sospechado de violar −junto a un adolescente− a una mujer y matar al hijo de 4 años de ella en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado, murió. El ataque que conmovió a la zona fue el 20 de febrero pasado. Se trata de Omar Alvarado, cuyo cuerpo fue hallado en la celda de la comisaría en la que estaba detenido en condición de aislamiento, informaron fuentes policiales de la provincia patagónica a la agencia de noticias Télam. Ahora los investigadores −agregaron− tratan de establecer la causa del fallecimiento, que en principio suponen un suicidio.
Alvarado se encontraba detenido en la comisaría 4ª de Caleta Olivia, donde fue alojado tras su apresamiento en Puerto Deseado. La investigación por su muerte se encuentra ahora a cargo del Juzgado de Instrucción 4, que dirige el magistrado Gabriel Contreras.
El cuerpo fue encontrado este viernes por la noche durante una requisa por el protocolo de prevención del coronavirus. Estaba en una celda en la que Alvarado estaba recluido en soledad y sin recibir visitas. Los policías de la comisaría de Caleta Oliva dieron aviso al juez Contreras, quien ordenó la realización de la autopsia para determinar la causa de la muerte, indicaron los voceros del caso.
El informe policial descibe que Alvarado fue encontrado por el oficial de guardia que realizaba la correspondiente tarea de requisa. Las primeras versiones de la fuerza apuntan a un ahorcamiento con su propia ropa, lo que es investigado sin descartar otras circunstancias, señalaron los investigadores.
Alvarado se encontraba alojado en esa dependencia policial del norte de Santa Cruz por orden del juez Oldemar Villa, como una medida de seguridad para proteger su integridad ante las amenazas recibidas en Puerto Deseado, a 221 kilómetros al sur.
El detenido no había sido notificado de su situación procesal luego de ser sometido a peritajes psicológicos y psiquiátricos, añadieron las fuentes.
El otro demorado por el crimen, un menor de 16 años, está alojado desde finales de febrero en el Instituto Almafuerte de Melchor Romero, en La Plata.
El horror del 20 de febrero
La violación y asesinato ocurrieron el jueves 20 de febrero último, cuando la mujer y el niño, oriundos de la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, viajaron para visitar a un hijo mayor de ella radicado en Puerto Deseado.
Ese día, antes de ir a trabajar, el hijo dejó a su madre de 44 años y a su hermanito en la playa para que pasearan, y fue en ese momento en que ambos fueron interceptados y atacados.
De acuerdo a los datos que pudo aportar la víctima, los agresores la amenazaron con un cuchillo, la obligaron a caminar hasta una cueva en el acantilado junto a su hijo y, una vez allí abusaron sexualmente de ella y la golpearon. La mujer perdió el conocimiento y sus agresores la abandonaron creyéndola muerta. Al volver en sí, vio que si hijo no estaba, por lo que caminó herida varios kilómetros hasta lograr pedir ayuda.
El cuerpo sin vida del niño, quien fue golpeado brutalmente en la cabeza, fue hallado poco después en una zona de acantilados cercana al lugar de la violación.
A finales de febrero pasado Alvarado se había negado a declarar ante el fiscal Horacio Quinteros, quien lleva adelante la investigación del crimen por el que estaba imputado. Se había defendido de los cargos en su contra con el argumento de que sufría de esquizofrenia y no recordaba lo que había ocurrido en Punta Cavendish, a dos kilómetros del casco urbano de Puerto Deseado.
El menor demorado por el mismo hecho (a quien entregó su propio padre), admitió haber participado de la violación y el crimen tras ser asesorado por un abogado defensor. El adolescente alegó que fue obligado por Alvarado, y aportó datos que permitieron hallar el teléfono celular que le habían robado a su víctima.