La avioneta que estaba desaparecida desde el 24 de julio, cuando despegó del Aeropuerto de San Fernando, fue encontrada estrellada el sábado por la tarde en las aguas del río Paraná Guazú, en la zona del Delta y a unos 40 kilómetros de la localidad de Zárate.
El hallazgo del avión Mitsubishi biturbo con matrícula LV-MCV fue confirmado en un comunicado oficial por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), aunque por el momento no hay información oficial en torno a la suerte de sus tripulantes.
Los restos del avión, entre los que se encontraría la cola con la leyenda de la matrícula, estuvo a cargo de una aeronave de la ANAC.
En el comunicado consignó que «como resultado del operativo de búsqueda que coordina la ANAC, hoy cerca de las 17.40, una aeronave perteneciente a este organismo encontró restos de una aeronave mientras sobrevolaba la zona de confluencia de los ríos Parana Guazú y Barca Grande del delta bonaerense».
BUSQUEDA DEL AVION LV-MCVhttps://t.co/r8zYibkrZt
— ANAC (@ANACargentina) 20 de agosto de 2017
Confirmado el hallazgo, se envió al lugar un helicóptero y dos embarcaciones para preservar la zona, cuyo personal confirmó la pertenencia de los restos.
Según se indicó, las partes encontradas estaban semienterradas en un sector pantanoso, en un cráter tapado por agua y vegetación. Trascendió en forma extraoficial que entre los restos se encuentra la cola del avión con la inscripción de la matrícula.
Por el siniestro tomó intervención la Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Civil. Enseguida fueron convocados al Aeropuerto de San Fernando los familiares de los tripulantes de la nave: los pilotos Matías Ronzano y Facundo Vega, y el único pasajero a bordo, Matías Aristi, hijo del dueño de la compañía agropecuaria Aibal S.A, propietaria del avión.
Por la noche, en el momento en el que recibían las noticias, se vio desconsuelo entre los allegados a los tripulantes, mientras que prácticamente se desvanecían las esperanzas de que hayan sobrevivido.