Un fragmento de un poema de Virgilio fue hallado en un ánfora de aceite datada hace 1.800 años durante unas prospecciones arqueológicas realizadas en Hornachuelos, ciudad de Córdoba, España.
Según informó este martes la Universidad de Córdoba, el fragmento mide seis centímetros de ancho y ocho de largo y la excepcionalidad de la pieza reside en que nunca se han documentado versos del autor de La Eneida en un ánfora destinada al comercio de aceite.
En un primer momento, el equipo de investigación del proyecto Oleastro, de las universidades de Córdoba, Sevilla y Montpellier (Francia) no se sorprendió al recibir el fragmento de la mano de Francisco Adame, vecino de la aldea de Ochavillo, en el término municipal de Fuente Palmera, la persona que reparó en el trozo de ánfora cuando paseaba por la zona del arroyo de Tamujar, en un área muy cercana a la aldea de Villalón, también en Fuente Palmera.
El equipo de investigación no se sorprendió por el hallazgo, porque es habitual que aparezcan palabras impresas en las ánforas y son estos datos impresos, como productores, cantidades o fiscalización, los que han permitido a la arqueología recomponer la historia del comercio agrícola del Imperio romano.
Pero al comprobar la literalidad del texto, los investigadores descubrieron que se trababa de algo insólito: un texto de Virgilio escrito en la zona inferior de la ánfora, probablemente sin intención de que nadie reparara en ellos, lo que muestra cierto grado de alfabetización de un área rural como fue esta zona de la vega del Guadalquivir.
Según un artículo científico publicado este martes en la revista Journal of Roman Archaeology, el trozo cerámico con letra impresa esconde unos versos de una obra de Virgilio, uno de los poetas más populares de la Antigua Roma. En concreto, revelan los investigadores, liderados por Iván González Tobar, doctor por la Universidad de Córdoba, la epigrafía coincidiría con fragmentos de los versos séptimo y octavo del primer libro de las Geórgicas, un poema escrito en el año 29 a.C. y que Virgilio dedicó a la agricultura y la vida en el campo. Dicen lo siguiente:
Auoniam[pingui]
glandem m[utauit]
aresta, poq[ulaque]
[inuen]tis Aqu[eloia]
[miscu]it [uuis]
C[ambió] la bellota aonia por la espiga [fértil] [y mezcl]ó
el ag[ua] [con la uva descubierta]
«La Eneida era enseñada en las escuelas y sus versos escritos habitualmente como un ejercicio pedagógico para muchas generaciones. Por eso es habitual encontrarlos en restos de materiales cerámicos de construcción y por eso muchos autores le han otorgado a esas tablillas funciones educativas -los escolares romanos escribían a Virgilio en sus pizarras- y funerarios -los versos de Virgilio sirvieron de epitafio en muchas ocasiones-«, explicó la casa de estudios en un comunicado.