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Encuentran las fichas de inteligencia de ex funcionarios presos en el teléfono de una espía macrista

Mercedes Funes Silva, espía del grupo Súper Mario Bross, tenía en su poder 40 legajos penitenciarios e información personal de Boudou, Zanini y Milani, entre otros ex funcionarios, pero también de presos comunes. Una ficha de Sala, Grabois y de algunos arrepentidos, Fariña, Elaskar y Vandenbroele

Por Néstor Espósito – Tiempo Argentino

Una exhaustiva extracción del contenido del teléfono celular de la ex espía Mercedes Funes Silva, integrante del grupo “Súper Mario Bross” –que compartía con otros agentes de inteligencia imputados por espionaje ilegal en los tribunales de Lomas de Zamora– reveló que tenía las fichas penitenciarias completas de unos 40 presos, la mayoría de ellos vinculados con el gobierno 2003-2015. Pero también figuraban allí los legajos de delincuentes comunes, como un condenado por el crimen del barra brava de River Plate Gonzalo Acro; el homicida del militante del PO Mariano Ferreyra; un ex baterista de Callejeros condenado por femicidio y un narcotraficante condenado a 27 años de cárcel.

No es todo: entre las fichas aparece Milagro Sala, quien no estaba alojada en ninguna cárcel de la Capital Federal ni de la provincia de Buenos Aires sino en Jujuy. El documento incluye una recomendación de “medidas de seguridad en todos los movimientos tanto intramuros como extramuros teniendo en cuenta la relevancia pública del caso”.

“Esta Dirección Principal de Análisis de la Información sugiere extremar las medidas de seguridad respecto a la designación de alojamiento y el contante seguimiento de la interna en cuestión”.

Hay más. El listado incluye a tres personas que nunca estuvieron en prisión: el financista Federico Elaskar, quien denunció cómo fue presionado por un dirigente sindical y un programa de televisión para autoincriminarse en la causa por lavado de dinero para perjudicar al empresario Lázaro Báez y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner; el “arrepentido” de la Causa Ciccone, Alejandro Vandenbroele, quien recibió como compensación por su incorporación al programa de imputados colaboradores el financiamiento de un emprendimiento turístico en Mendoza. Y, sin explicación alguna, el dirigente social Juan Grabois.

¿Qué hacían todos esos datos en el teléfono de una joven agente de inteligencia, que al declarar ante la Bicameral reconoció la existencia de esas tareas de seguimiento y deslizó que la información llegaba a la plana mayor de la AFI? ¿Era parte del “cuentapropismo” de inteligencia del que habló el ex presidente Mauricio Macri?

Toda la información consta en el legajo de investigación número nueve de la causa 14149/2020, que llevan adelante los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide y el juez Juan Pablo Augé. Son más de 250 páginas con información penitenciaria pero también detalles de la vida privada de una extensa lista de detenidos, desde Amado Boudou y Luis D’Elía hasta César Milani y Leonardo Fariña, hoy en juicio, en calidad de arrepentido, en la causa de Lázaro Báez.

Las fichas contienen número de legajo penitenciario, identificación completa del detenido, nombre de los padres, caso por el que está preso, reseña de la causa judicial, información pública sobre los hechos, detalles de los traslados a otros penales y salidas (transitorias o egresos definitivos), compañeros de causa, episodios de peleas con otros presos, quiénes los visitan (ficha completa de cada uno de ellos, incluso con fotos) y descripciones de episodios de inconductas dentro de los penales.

Pero también hay información sobre hábitos y acciones privadas de los detenidos. Por ejemplo, el 19 de noviembre de 2018 el ex vicepresidente Boudou, identificado con el número 406.437, cumplió años. El informe da cuenta de todos los que lo visitaron ese día, pero se detiene en un detalle: “recibió la visita de su concubina, Mónica García, junto a sus dos menores… la ciudadana Celeste Velásquez en calidad de amiga y su hermano Juan Bautista Boudou, los cuales ingresaron al módulo en el horario de 12.40 a 14.50 con una torta de confitería y 50 sándwiches de miga”.

A Lázaro Báez, el informe consigna que en una requisa a su celda le encontraron tranquilizantes y pastillas para dormir y “astillas de un cajón de madera”.

Los detalles llegan al punto de describir que el ex jefe del Ejército César Milani, preso por dos causas por las que finalmente fue absuelto en sendos juicios orales, inició una protesta, casi una huelga de hambre, porque no le permitían a sus familiares llevarle comida. El reporte advierte: “Milani refiere que tiene fotos del lugar, que si no dan soluciones las hará pública en todos los medios. (Palabras textuales)”.

Entre los espiados aparecen nombres que no parecen tener relación con la política. Rubén Eduardo “Oveja” Pintos, condenado por el crimen del barra brava de River Gonzalo Acro; Eduardo Vásquez, baterista de Callejeros, condenado por Cromañón y por el posterior femicidio de su mujer, Wanda Taddei, y Cristian Favale, preso por el homicidio de Mariano Ferreyra. ¿Por qué están en el listado? Porque los tres integraron el programa de reeducación de presos “Vatayón Militante”, que pensó y llevó adelante el ex responsable penitenciario Víctor Hortel, hoy abogado particular.

El listado es largo: José Francisco López, Omar “El Caballo” Suárez, el contador Víctor Manzanares, el ex ministro Julio De Vido, su cuñado Claudio “Mono” Minnicelli, el sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, Ricardo Jaime, José María Núñez Carmona, Luis D’Elía, Jorge “Yussuf” Khalil (denunciado por el fiscal Alberto Nisman por encubrimiento de los iraníes acusados de volar la Amia), los empresarios periodísticos Fabián De Sousa y Cristóbal López, Carlos Santiago Kirchner –primo del ex presidente Néstor Kirchner–, Fernando Esteche y Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, condenado por narcotráfico y aspirante en 2011 a intendente de la localidad bonaerense de San Martín.

Entre los “amigos” del ex funcionario Roberto Baratta figura, incluso con su foto, el chofer Oscar Centeno, el primer “arrepentido” de la Causa Cuadernos, el hombre que con su relato lo mandó a prisión. La ficha consigna –en el marco de una detallada información sobre el ex colaborador de Julio De Vido– que el 12 de diciembre de 2018 dos compañeros de pabellón protagonizaron una pelea “por problemas de convivencia. En el momento del hecho, el interno Baratta Roberto (LPU 405389) estaba en el sector de duchas y sale por la alteración y se resbala por el piso húmedo y se produce escoriaciones”.

Sobre el hoy procurador del Tesoro, Carlos “El Chino” Zanini, la ficha efectúa “recomendaciones”: “resulta necesario extremar las medidas de seguridad, ya sea en el lugar de alojamiento designado como en aquellos movimientos intramuros como así también extramuros, teniendo en cuenta que nos encontramos en frente de un posible ingreso calificado por este Departamento con Elevado Índice de Riesgos y Necesidades (C.I.E.R.N.) por presentar un riesgo potencial al tratarse de un ingreso con Clasificación 1) MODALIDAD DELICTIVA Y TRASCENDENCIA DEL DELITO. 2) PERTENENCIA A ORGANIZACIONES DE IMPORTANCIA POR POTENCIAL”. Las mayúsculas corresponden al original.

La documentación hallada en el teléfono de la ex agente AFI Funes Silva incluye una observación en algunos de los presos por la Causa Cuadernos. Textualmente cita que “los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, de Sala 1 de la Cámara Federal, resolvieron dejar afuera de la asociación ilícita a los empresarios que estaban procesados por la causa de las fotocopias de los cuadernos. Además ordenan que continúe detenido Gerardo Ferreyra, el vicepresidente de Electroingeniería que es propietario de la opositora Radio Del Plata”.

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