“La víctima dejó entrar a sus homicidas, quienes tuvieron mucha saña para matarlo”, describió un uniformado ayer a la tarde luego de salir del departamento 4º D de un edificio de Salta al 1400, donde forenses analizaban el cuerpo sin vida de Meir Romano, de 87 años, quien presentaba una herida profunda en la nuca y varios puntazos en la zona de cara y cuello. Los investigadores descartaron la hipótesis de un robo y se inclinaban por el entorno del fallecido. Al cierre de esta edición, la ex mujer de la víctima se encontraba detenida por el hecho.
“¿Te enteraste, mataron al hombre del 4º?, arremetió una vecina contra dos jóvenes que estaban por abrir la puerta principal del edificio de Salta 1499, esquina Paraguay. “¡No puede ser! ¿Al viejito?”, respondieron las muchachas que viven en el 5º D. “Siempre se escuchaba por el respiradero del baño cómo se peleaba con alguien. No sabemos quién era la otra persona porque siempre se sentían las amenazas de él. «Me drogaste. No me puedo mover pero ya vas ver. Te voy a matar a golpes», y esas cosas”, detallaron las jóvenes, quienes tildaron a la víctima –Meir Romano, de 87 años– de ser un “mal llevado”.
Según informaron fuentes policiales, ayer alrededor de las 15 llegaron al departamento D del cuarto piso de Salta 1499, adonde vivía Romano. De acuerdo con los voceros, momento antes Ramona C., la ex mujer del anciano, de 54 años, se presentó en la comisaría 3ª para pedir que la acompañaran a la casa de su ex marido porque no atendía los llamados ni el portero eléctrico.
Cuando los investigadores llegaron hasta el cuarto piso del inmueble se encontraron con la puerta entreabierta y las llaves puestas. “Encontramos el cuerpo de la víctima ya sin vida al lado de la cama de uno de los dos dormitorios boca arriba. Estaba vestido y presentaba puntazos en la zona del cuello y un corte profundo en la nuca”, detallaron los pesquisas.
De acuerdo con la investigación, la puerta del departamento de Romano no estaba forzada y ayer todavía tenía las llaves puestas. “Pensamos que dejó entrar a su o sus verdugos. No hay signos de que haya habido una pelea ni el desorden característico que deja un robo. Lo único que hicieron fue cortar los cables del teléfono fijo. Parece que no tenía celular”, detallaron los pesquisas, quienes aclararon que Romano llevaba 24 horas de muerto cuando fue hallado.
“Del lugar del hecho parece que no falta nada a simple vista. No encontramos el elemento con el que le pegaron en la cabeza al hombre. Parece que se lo llevaron”, explicó un vocero, quien detalló que en la escena del crimen levantaron elementos punzantes como cuchillos y destornilladores, los cuales pudieron ser utilizados para herir al fallecido en la cara y cuello, explicó una alta fuente policial.
Al cierre de esta edición, la ex mujer de la víctima se encontraba detenida como principal sospechosa.
A pesar de lo que decían varios de los vecinos de la víctima, una mujer joven que también vive en el edificio se encargó de limpiar un poco la imagen de la víctima, al explicar que Romano “era un viejito jetón pero no era malo”.
“Era desconfiado y no dejaba entrar a nadie. Incluso no subía con nadie al ascensor, a no ser que hubiera visto a la persona varias veces. Tenía sus cosas”, dijo la vecina, quien contó que el anciano, que se a pasaba tomando cafés en el bar de la vuelta, tenía una hija de 20 años y hacía alrededor de 3 años que se había separado de su mujer –mucho más joven que él–, con la que tenía innumerables peleas en cada visita que ella le hacía.
“Se peleaban siempre en el palier y eran insultos constantes. Nunca pensé que pasaría de las agresiones verbales. En este último tiempo, la ex esposa venía seguido a verlo. Con la hija creo que no se hablaban”, agregó una de las moradoras del edificio mientras que su vecina de piso dijo que Romano le contó que era bancario y se había jubilado después de trabajar en el Banco de Santa Fe.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación junto con la colaboración del personal dela Sección Homicidiosy la comisaría 3ª, por razones de jurisdicción.