Arlen Buchara y Lucía Demarchi (enviadas especiales)
Una laguna de lluvia ocupa la entrada de la facultad de Humanidades de La Plata, territorio Querandí. No se sabe a ciencia cierta qué profundidad tiene y nadie quiere mojarse aún más las zapatillas. Llovió toda la mañana, son más de las tres de la tarde y queda el primer día de Encuentro Plurinacional por delante. Mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries miden los pasos y se animan de a una a pasar por una tabla de madera que no llega a los 30 centímetros de ancho. Algunas eligen el costado, donde el charco es más playito. Otras van en puntas de pie. Se turnan, se dan una mano, se arengan, agitan y saltan. El tumulto es cada vez más grande pero nadie empuja. Llegan dos chicas con una chapa y hacen un puente más ancho. Ahora pasan de a varias y el tráfico se descongestiona. Entran en manada a una de las 16 facultades y 4 escuelas donde funcionan los talleres. Salen de un tumulto sin saber que van a entrar en otro. Las aulas están estalladas y cada grupo que queda suelto se autogestiona un espacio para empezar el taller. Pasillos, escaleras, construcciones abandonadas, patios, el pasto con paraguas, garitas de colectivo y cualquier lugar se convierten de repente en una ronda para debatir y construir un poder feminista que no tiene fronteras.
La construcción de poder feminista no tiene una protagonista. No hay un sujeto político único. Son mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales, no binaries. Son indígenas, originarias, afro, negras, racializadas, migrantes. Son sindicalistas, precarizadas, trabajadoras de la economía popular, amas de casa, cooperativizadas, campesinas, autocultivadoras. Madres, abuelas, hijas. Niñas, adolescentes, jóvenes, adultas. Políticas, militantes, intelectuales, científicas, putas, universitarias, secundarias, músicas, dibujantes, actrices, artesanas, médicas, periodistas, enfermeras, bailarinas. Gordas, diversas, no hegemónicas. Hablan con la A y con la E y están en toda Latinoamérica. Sus cuerpos y sus tierras son territorios en lucha. Por eso, decir que son sólo mujeres no representa. Por eso, el Estado Nación queda chico. Por eso, son plurinacionales y disidentes.
Identidad
El Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries tuvo este fin de semana su edición 34° en La Plata, territorio Querandí, y mostró que los feminismos regionales se volvieron más masivos y diversos que nunca. Durante tres días, la ciudad de las diagonales desbordó de gente en todos lados. En total, participaron más de 100 mil personas de los talleres y 350 mil en la marcha de cierre del domingo.
El primer Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) fue en 1986 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y participaron mil personas. Desde entonces, todos los años se hace en una ciudad distinta del país, convirtiéndose en una experiencia federal única en el mundo. En 34 años recorrió 15 provincias. Año a año creció en convocatoria y desde el Ni Una Menos de 2015 hizo un salto a la masividad.
El encuentro está organizado en por lo menos cuatro momentos: la apertura, los talleres (espacios soberanos de construcción política), la marcha y el acto de cierre. Además, siempre hay un espacio público para feria, asambleas y actividades culturales, que esta vez fue una Peatonal Feminista de más de 10 cuadras con 3 mil propuestas. Con el crecimiento se fueron sumando cientos de instancias oficiales y no oficiales.
La edición de La Plata estuvo atravesada por un debate identitario que comenzó dos años atrás. En la 32° edición en Chaco, las mujeres y disidencias de las naciones originarias propusieron que en 2018 el evento fuera en la provincia patagónica de Chubut, cuando aún estaba desaparecido Santiago Maldonado. La llegada a las tierras ancestrales mapuches del sur fue el contexto para una discusión que se sentía desde hace años: el nombre Encuentro Nacional de Mujeres ya no era representativo. Desde la mayoría de los sectores pedían declararlo Plurinacional e incluir a todas las disidencias sexuales que participan: lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries. En Trelew la consigna de plurinacional sonó en todos lados. Sin embargo, el cambio no logró ser consensuado y la discusión pasó a La Plata.
La Plata ya había sido sede en 2001. Esta vez se formó una Comisión Organizadora con representantes de distintos espacios políticos, sociales y culturales que no acordaron el cambio de nombre por un sector que se oponía. En contraste a lo que sería la comisión oficial, surgió la Campaña Somos Plurinacional, un espacio que impulsó el debate por el cambio de identidad con distintas actividades.
Durante los tres días de Encuentro el clima fue de apoyo. En todos lados se escuchaban los cánticos “Olé olé, olé olá. Somos lesbianas, travestis, trans y que el Encuentro sea Plurinacional” y “Plurinacional y con las disidencias”.
Desde el sector que quedó al mando de la Comisión Organizadora hicieron oídos sordos. En tres días no hubo comunicación al respecto. En el cierre de este lunes en el Estadio Único de La Plata no hubo un pronunciamiento. Por el contrario, cada que una integrante de la comisión tomó el micrófono remarcó el nombre ENM.
En el acto de cierre se votó la próxima sede por ovación. Ganó la provincia de San Luís que será por primera vez anfitriona. Cuando las cuyanas hablaron en el micrófono sobre el recibimiento que harán en 2020, una de ellas cerró el discurso con la promesa de que en San Luís habrá cambio oficial de nombre.
Comienzo pasado por agua
Después de las tormentas eléctricas que inundaron La Plata y los alrededores, el sábado 12 de octubre empezó el 34° Encuentro con la suspensión del acto de apertura, previsto ese día a la mañana en el Estadio Único. La suspensión fue dispuesta por el cuerpo de bomberos por las condiciones climáticas. La lluvia no impidió la llegada de más de 100 mil personas de distintos lugares del país y Latinoamérica. Hubo escuelas inundadas y participantes que debieron ser reubicadas. Muchos de los trenes que llegaban desde Caba no pudieron entrar a la ciudad por el agua y lo mismo pasó con colectivos que viajaron desde distintos lugares del país.
En una conferencia de prensa la Comisión Organizadora quiso calmar las ansiedades que generó la cancelación de la apertura con la premisa de que el Encuentro ya había empezado con la llegada de las encuentreras a La Plata.
El Encuentro, sin embargo, había empezado mucho antes. Cada participante forma parte de la organización casi sin saberlo. Buscar alojamiento en escuelas, hoteles, plazas o casas particulares, viajar en colectivo, en tren, en moto o hasta bicicleta, pensar con quienes compartir, elegir un lugar para marchar o apostar a un taller en vez de otro, forman parte de las acciones que cada participante lleva adelante de manera anónima en la construcción colectiva de la organización del evento.
La apertura de la 34º edición iba a ser un momento clave. La discusión sobre el cambio de nombre que no quedó saldada en la organización, iba a definirse ese día por ovación. Desde la Comisión Organizadora dijeron que iba a resolverse en los talleres. Desde el espacio Somos Plurinacional habían convocado a una marcha hasta el Estadio Único, que no se suspendió por las tormentas.
Talleres en cualquier lugar
El pasillo de la facultad de Humanidades está dividido en dos rondas apretadas. Por los huecos que quedan circulan personas buscando un espacio de taller. De un lado, sindicalistas discuten la unidad del movimiento obrero. A veces gritan, otras se arengan hasta que finalmente eligen el aplauso con lenguaje de seña como forma festejar cada proclama. Al lado, cuerpo a cuerpo, mujeres y disidencias debaten vínculos afectivos. Monogamia, poliamor, celos, responsabilidad afectiva, mandatos de masculinidad de los varones, inseguridades, son temas que se tocan a partir de la experiencia personal pero también de saberes construidos a lo largo de años en los Encuentros.
Los talleres son el corazón de la construcción de poder feminista. Constituyen un espacio de discusión horizontal en el que cada persona participa con voz propia y una coordinadora ordena la charla y toma nota. No se vota, sino que se arman conclusiones en base al consenso, reflejando acuerdos y diferencias. Son espacios vivenciales y son el semillero de estrategias que se convierten en demandas. Cuando un aula se llena se abre otro espacio para que el grupo de discusión no supere más de 40 o 50 personas.
Este año todos los espacios de taller estuvieron desbordados. En Humanidades las comisiones de armaban en cualquier lugar donde quedara un grupo de 10 personas sueltas. El de vínculos fue uno de los más replicados y dio cuenta de una crisis en la forma de construir relaciones.
En total, en toda la ciudad hubo 87 talleres oficiales más 17 conversatorios divididos en 16 ejes temáticos que iban desde trabajo, política, sindicalismo, aborto, vínculos, identidades sexuales, reivindicaciones de naciones originarias, salud, educación, trabajo sexual, hasta lenguaje inclusivo. Se desarrollaron de manera simultánea el sábado de 15 a 18 y el domingo de 10 a 12 y de 15 a 18 en las facultades de la Universidad Nacional de La Plata y en los colegios universitarios.
Un grito verde y global
En la muñeca, el cuello o atado al pelo. En la mochila, en la riñonera o en el bolso. Si hay un accesorio que se repite en cada participante del Encuentro es el pañuelo verde de pelea por el aborto legal. El triángulo de tela es desde hace años el denominador común de todas las luchas que se juntan en el Encuentro. Desde 2018 irradia en el continente latinoamericano y se convirtió en el color que levantan las mujeres y disidencias latinoamericanas para pedir leyes que despenalicen y legalicen la interrupción del embarazo.
Dentro de la grilla oficial de este Encuentro el sábado estaba previsto un festival organizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El evento quedó suspendido por las lluvias pero aun así hubo pañuelazo y agite en la esquina de 50 y 7.
En Encuentro renovó el pedido de aborto legal en el contexto de reorganización de los grupos antiderechos en todo el continente.
No sea indiferente
El sábado a las 19 la marcha contra los travesticidios y transfemicidios fue una de las actividades más convocantes del 34°Encuentro. La movilización recorrió la ciudad de las diagonales a lo largo de más de 15 cuadras al grito de “señor, señora, no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente” y “cupo laboral para personas trans”. La marcha fue convocada por el colectivo travesti trans como parte de la Campaña Somos Plurinacional.
La primera vez que fue incluida en la grilla oficial fue el año pasado, en el Encuentro de Trelew. En la edición más austral y con el viento y el clima árido como escenario de fondo, movió a miles de personas.
El colectivo travesti trans es el más vulnerable de todos los que integran la sigla LGTBI. En lo que va de 2019 más de 60 trans y travestis murieron en Argentina. En 2018, la edad promedio de travestis y trans pasó de 40 a 35 años como consecuencia de la crisis y las políticas de ajuste del gobierno de Cambiemos. Además, según un informe elaborado en 2015 por la Federación Argentina de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans, el 90 por ciento de las personas trans no tiene empleo formal en la Argentina.
Feministas del Abya Yala
Una de las actividades más importantes del 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias fue la asamblea y mesa de Abya Yala, nombre originario de América del Sur. Fue en la Plaza San Martín de 12 a 15, impulsada por la Campaña Somos Plurinacional. Por el micrófono de la glorieta de la plaza pasaron 36 mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries de Argentina, Guatemala, Ecuador, Colombia, Honduras, Brasil, Bolivia y hasta Kurdistan. Todas y todes contaron las luchas que encabezan en cada uno de sus territorios y pusieron el foco en la construcción de poder feminista.
La mesa convocó a miles de mujeres y disidencias que apoyaron con cánticos y llantos el cambio de nombre. La representación de todos los países demostró una vez más que el feminismo es un movimiento global y que desde el sur del mundo se construye una identidad popular y latinoamericana que busca cambiarlo todo.
“El Encuentro fue, es y será Plurinacional y Disidente”, resumieron las oradoras en cada exposición como forma de dar por cerrado el debate al que parte de la Comisión Organizadora de esta edición no dio lugar.
Primera asamblea de trabajadoras de prensa
Por primera vez en la historia de los Encuentros trabajadoras de prensa y comunicación de todo el país hicieron una asamblea para debatir sobre su situación, problemas y reclamos en común. Participaron alrededor de cien periodistas, fotógrafas, camarógrafas y sindicalistas que coincidieron en que las políticas de ajuste del gobierno de Cambiemos perjudicaron el trabajo de prensa y en particular a mujeres, las más precarizadas del gremio de prensa.
La asamblea fue el domingo a las 14 y ocupó el centro de la cuadra 54, entre 7 y 8, a metros de la Plaza San Martín. Fue convocada por distintos gremios de prensa de todo el país. Las representantes sindicales hablaron de la implementación de los protocolos de violencia, de las dificultades que tienen para ocupar lugares de decisión y de que en muchos sindicatos aún no logran tener secretarías de género. Muchas de las oradoras hicieron referencia a las situaciones de acoso y violencia en los medios, tanto por parte de las jerarquías como entre compañeros. También de lo que pasa entre dirigentes gremiales, con situaciones que han terminado con la expulsión de afiliados.
Una de las problemáticas que más se escuchó es el nivel de precarización que sufren mujeres y disidencias en el ámbito de la comunicación y el periodismo. Algunas referentas arrojaron datos que hablan de que más del 50 por ciento de las trabajadoras son freelancers y no logran vivir de su profesión.
Después de las exposiciones, las camarógrafas y fotógrafas propusieron hacer un camarazo y para cerrar todas y todes hicieron un pañuelazo por el aborto legal seguro y gratuito.
El pogo feminista más grande del mundo
Mientras seis varones ocupaban todas las pantallas de la televisión argentina en el debate de candidatos presidenciales, en La Plata 350 mil de mujeres y disidencias sexuales hacían la marcha más grande de la historia de los encuentros y de la ciudad de las diagonales.
La movilización partió de 1 y 60 y recorrió más de 70 cuadras hasta el Estadio Único, donde hubo un festival. Una vez más la marcha fue una fiesta o, como suena desde las movilizaciones en el Congreso por el aborto legal, el pogo feminista más grande del mundo.
Próxima estación: San Luis
El año que viene será el 35° Encuentro en San Luís. La provincia cuyana fue vitada por ovación en el acto de cierra, donde también propusieron Caba, Santiago del Estero y Tucumán. Será la primera vez que San Luís reciba al Encuentro. Desde el escenario varias representantes de esa provincia hablaron de cómo se prepararán. En el Estadio sonaba una vez más el cántico “Plurinacional y de las disidencias”. Una sindicalista tomó la palabra y cerró su discurso con la promesa del cambio de nombre.
Lejos de las formalidades y de las comisiones organizadoras transitorias, a lo largo de su historia el Encuentro construyó una identidad que hoy se nombra inclusiva, antirracista, anticolonial, plurinacional y con lesbianas, travestis, trans, bisexuales y no binaries adentro.