Hace un año, Cristian Aquino era uno de los militantes que cortaba la calle frente a Tribunales provinciales en reclamo de la liberación de compañeros detenidos en el marco de un reclamo de viviendas de Doctor Riva y Rouillón. Ayer, a una semana de su asesinato en un confuso episodio, en villa La Lata, esos mismos compañeros volvieron a cortar Balcarce 1650, esta vez, para reclamar el esclarecimiento de su muerte.
“Queremos tribunales populares, sin odio de clases”, cantaron en la movilización que comenzó a las nueve de la mañana y permaneció tres horas frente al Palacio de Justicia para luego convertirse en una suerte de procesión por los mismos lugares a los que solía concurrir el Negro Aquino por reclamos sociales. Cerca del mediodía, unas 200 personas entre las que se encontraba su mujer que cursa un embarazo avanzado, comenzaron a marchar hasta la sede de Gobernación. En el transcurso pasaron por el Ministerio Público de la Acusación, donde acordaron una entrevista con el fiscal que investiga el homicidio (quien horas después del crimen ordenó la detención de un menor y un mayor) para el lunes próximo. Los manifestantes no dejaron, megáfono en mano, de adjudicarles ser los protagonistas actuales de criminalizar sus protestas. Por último pasaron por el edificio del Servicio Público provincial de la Defensa Penal. En las cuatro instituciones, los manifestantes presentaron un petitorio en el que exponen sus dudas sobre el móvil del crimen y reclaman su esclarecimiento.
“El pasado jueves 2 de abril por la noche, en la que quiso hacerse pasar por una simple riña barrial, pero que a nosotros nos resulta más que dudosa, balearon con dos tiros por la espalda a Cristian, provocándole la muerte antes de llegar al hospital. Esto ocurrió en pleno barrio de villa La Lata donde Cristian nació, se crió y vivió hasta hace unos años, y donde era conocido, respetado y querido por todos los vecinos. No tenía broncas ni enemistades con nadie, no formaba parte de ninguna banda, no tenía actividad delictiva de ningún tipo, tan sólo era un irreverente militante social por las causas justas para los de abajo, que se enfrentaba al poder político y empresarial, siempre con mucha fuerza y decisión”, dice en un fragmento el comunicado.
Hace un año, el 4 de abril de 2014, manifestantes que mantenían un piquete frente a la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, en Santa Fe y Sarmiento, fueron desalojados y detenidos por Infantería, y luego imputados por el delito de obstrucción en la vía pública. Fueron ocho detenciones de militantes sociales, entre ellas una delegada de ATE, que quedaron alojados en penales comunes. Al día siguiente, una movilización frente a Tribunales de la que participó Cristian exigió la libertad de los detenidos.
Aquino se había formado como militante en el conflicto del Lavadero Virasoro, un lavadero industrial que despidió a medio centenar de trabajadores que se organizaban para reclamar condiciones dignas de trabajo. Durante cinco meses, hasta diciembre de 2007, los trabajadores mantuvieron una carpa en la puerta de Ovidio Lagos y Juan Canals. Desde entonces, Cristian participó de innumerables reclamos sociales.
