El anuncio de que el presidente paraguayo Fernando Lugo se encuentra sometido a un tratamiento para superar un cáncer linfático removió inquietudes institucionales en ese país que acompañaron al mandatario prácticamente durante todo el mandato.
Lugo inició el jueves último en Sao Paulo el tratamiento de quimioterapia para superar la enfermedad que le afectó tres partes del cuerpo y voceros oficiales señalaron que más allá de las curaciones recomendadas podrá seguir gobernando.
Está previsto que al menos sea sometido a otras cinco sesiones de quimioterapia en Asunción contra el linfoma en un ganglio inguinal, que le fue extirpado el 4 de agosto. El tumor también afectó un nódulo en el mediastino (tórax) que no puede ser extirpado y una región ósea de la tercera vértebra.
La noticia no sólo preocupó a Paraguay sino que también generó inquietud en la región, reconocieron fuentes diplomáticas consultadas por Noticias Argentinas en Asunción, ya que se desconoce cómo el mandatario podrá sobrellevar la afección hasta el final de su mandato en abril de 2013.
Lula Da Silva fue el primero en poner a disposición de su par del vecino país la tecnología brasileña para su tratamiento, mientras el uruguayo José Mujica y el boliviano Evo Morales dijeron que se interiorizarían de la situación en la capital paraguaya, adonde participarán este fin de semana de los festejos por los 199 años de la independencia paraguaya.
La salud de un presidente siempre es motivo de inquietud, pero en Paraguay la cuestión toma un volumen mayor porque el propio gobierno de Lugo nació débil y porque se trata de un país que vivió 35 años bajo una dictadura y tuvo algunos episodios de inestabilidad institucional con el regreso de la democracia.
Sin embargo, la noticia cayó paradójicamente en un buen momento político del ex sacerdote de la Teología de la Liberación, quien gozaba de un período de gobernabilidad inédito en su mandato.
Complicaciones
Su desembarco en el Palacio de López, sede gubernamental paraguaya, no había sido sencillo. A los pocos días de asumir el vicepresidente Federico Franco tomó distancia al considerar que no era tenido en cuenta en las decisiones de Gobierno.
Franco llegó a integrar la gobernante Alianza Patriótica para el Cambio, un frente de centroizquierda, como referente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Pero a diferencia de lo que le ocurrió a Cristina Kirchner con la rebeldía del vice radical Julio Cobos, Lugo no tenía un partido propio dispuesto a ser orgánico y leal a su jefe.
Para colmo, su popularidad sufrió rápidas amputaciones con la aparición de tres mujeres que aseguran haber tenido hijos con él, reclamos que fueron canalizados en la Justicia. Precisamente una de las pruebas de paternidad está prevista para el martes 24.
En ese marco, el Partido Colorado que había gobernado Paraguay desde 1947 hasta el 20 de abril de 2008, comenzó a hacer sentir su influencia en ambas cámaras del Congreso donde cuenta con mayoría.
El combo quedó completo con la irrupción del Ejército del Pueblo Paraguayo, un grupo insurgente autodeclarado marxista-leninista, que se escindió del partido de izquierda Patria Libre y comenzó a operar en el noreste del país.
El EPP fue vinculado a las FARC colombianas y en marzo de 2008 puso en marcha, con fines difusos, acciones vandálicas y secuestros extorsivos, como el del ganadero y ex intendente de Tacuatí, Luis Alberto Lindstron y el del también ganadero Fidel Zavala.
La acción del EPP había motivado una declaración especial de preocupación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) precisamente durante la cumbre en la que Néstor Kirchner fue electo como secretario general del foro regional.
Este y otros temas motivaron a Kirchner a realizar en Asunción su primer viaje al exterior como timonel del organismo. Allí mantuvo reuniones por separado con Lugo, el propio Franco y
referentes del Congreso. A estos últimos les pidió que acepten su nombramiento y la adhesión de Paraguay a la Unasur.
Evolución
Pero las cosas para Lugo habían empezado a cambiar en los últimos tiempos. El EPP pareció diluirse tras la muerte en un enfrentamiento de uno de sus miembros Severiano Martínez, mientras que el Ejecutivo había anudado algunos acuerdos con el Partido Colorado y se estaba avanzando en esa traza.
Además, los propios procesos internos de los partidos Colorados y Liberal Auténtico parecían beneficiar al gobierno.
Los primeros todavía necesitan consolidarse para volver al poder, siempre con la controvertida figura del general Lino Oviedo como referencia, mientras que los aliados de Lugo realizaron una elección interna en la que el sector del díscolo vicepresidente quedó en tercer lugar detrás de dos sectores que integran la coalición gobernante con mayor voluntad que Franco.
Sin embargo, la enfermedad del presidente volvió a poner en foco la figura del número dos del Ejecutivo, quien por ahora y dada la delicada situación pareció postergar sus ambiciones.
Antes de partir a Brasil, Lugo y Franco mantuvieron una reunión para acordar preceptos básicos de Gobierno. Después de ese encuentro, circuló una foto muy comentada en Paraguay del vice dándole un rosario al ex obispo.