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Enfrentamiento en Empalme: «Los policías vinieron a buscar plata»

Un asentamiento ubicado en Garzón 1500 bis fue escenario de un violento operativo policial que culminó con dos vecinos baleados y un uniformado herido. La versión de los habitantes del barrio difiere de lo aportado por fuentes policiales

Desde la 1 de la madrugada hasta las 5 de este viernes, un asentamiento de Empalme Graneros ubicado a unos 200 metros del arroyo Ludueña fue escenario de un operativo policial que culminó con dos vecinos baleados y un uniformado herido. Sobre lo ocurrido la versión de los habitantes del barrio difiere de lo aportado por fuentes policiales y judiciales: remarcan que la Policía apareció en el lugar por razones ilegales y en ese marco sufrieron atropellos y allanamientos sin autorización, además de robos y abuso de autoridad. Mientras que la versión oficial habla de piedrazos, resistencia a la autoridad y de un enfrentamiento con armas de fuego. Todo originado, supuestamente, por el intento de identificación de personas en actitud sospechosa.

Según la Policía, el desmán –catalogado como resistencia calificada– comenzó a la 1, cuando tres efectivos del Comando Radioeléctrico quisieron identificar, en un pasillo de Garzón al 1550 bis, a “unos masculinos en actitud sospechosa”. De acuerdo con esta versión el procedimiento no fue recibido de la mejor manera por vecinos, quienes arrojaron piedrazos, y que los policías repelieron con escopetazos antitumulto. Pero luego el enfrentamiento sumó disparos y llegaron más patrulleros. A los pocos minutos el lugar devino en un polvorín.

“Al salir en su persecución dentro del pasillo, los masculinos comenzaron a efectuar disparos de arma de fuego; uno de ellos impactó en el vidrio del conductor del móvil policial, ingresó y rozó el cuello de un suboficial que sufrió una escoriación, para luego incrustarse en el apoyacabezas del acompañante”, relató una fuente policial en referencia a los segundos posteriores al presunto intento de identificación.

El oficial herido, identificado como Claudio Gabriel M., se encuentra fuera de peligro con lesión leve, confiaron voceros del caso.

La versión del área de prensa de Fiscalía Regional es casi calcada del relato policial: “Los policías fueron recibidos con piedras que ocasionaron daños en el móvil policial, los mismos responden a la agresión con pistolas antitumulto y posteriormente se produce enfrentamiento con armas fuego ya que desde el pasillo comenzaron a ser agredidos con detonaciones de arma de fuego”.

En el ir y venir de balas un joven y un hombre resultaron heridos. Se trata de Jesús M., de 18 años, quien recibió dos disparos en el estómago y estaba internado en el Heca en estado reservado.

Otro, Ariel Gustavo A., de 36, terminó internado en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria por un disparo en la espalda.

Afuera de ese centro de salud la Policía detuvo a tres personas: Oscar Alfredo P., un remisero de 56 años, su hija Agustina, de 18 años. Y a Damián Epifacio A., de 36 años, ya que la Policía lo divisó en el lugar del conflicto y “podría ser autores de las agresiones armadas hacia el personal”.

También fueron demorados dos adolescentes de 14 y 16 años –restituidos a sus padres–, y otro joven de 22. Están señalados por tirar piedras.

En el barrio no es un secreto que en ese pasillo funciona un puesto de venta de drogas. El dato no es un detalle menor en el origen del conflicto con los primeros tres uniformados que llegaron al lugar, según contó a este diario una fuente barrial.

Según esta versión, lejos de un rutinario procedimiento de identificación, el enfrentamiento tendría raíz en un desacuerdo entre un transero y los efectivos mencionados. El motivo: el cobro de dinero. “Uno de los heridos vende droga. El lunes fue la Policía a sacarles la plata que tenía en un botiquín del baño. Anoche fueron otra vez de mal modo y se agarraron a tiros”, confió a El Ciudadano.

Esta versión se condice con lo que contó a las cámaras de Telefe Rosario Alejandro, hermano del herido: “Ya vinieron una banda de veces. Le agarraron las cosas y se llevan la plata. Ahora vinieron de vuelta a buscar plata. No encontraron y empezaron a los tiros. Y estos empezaron a apedrear. Hubo tiros. ¿Quieren que termine la droga? Ellos tienen que dejar de robar, los milicos. Si ellos dejan de robar no va a haber droga”.

Viviana, madre del chico de 18 años baleado, contó entre lágrima cómo vivió la secuencia: “Salí y los policía empezaron a los tiros, empezaron a pegar. Mi hijo estaba tirado y pedí que me lo dejen ver porque estaba tirado y golpeado. Vino una milica y me pegó una piña”. Otro hijo de 13 años también sufrió el rigor de los policías, ya que recibió un culatazo de escopeta en la boca, agregó la mujer.

A su vez, los vecinos denunciaron irrupciones violentas a casas y destrozos de cerraduras e interiores. Eran las 5 de la mañana y todavía estaban revisando todo, se quejó una vecina. “No sé qué buscaron. Tengo dos nietos discapacitados y tenía que entrar a trabajar”, dijo ante la prensa.

Al culminar el operativo fueron secuestradas una pistola calibre 9 milímetros y un revólver calibre 38. El caso quedó en manos de la Fiscalía de Flagrancia en turno que comisionó al Gabinete de Criminalística de la Policía de Investigaciones para la recolección de rastros. Al haber uniformados involucrados también interviene la División Judiciales.

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