“No hay que comprarles hoy”, le gritó un hombre que caminaba bajo un paraguas a una pareja joven que entraba al Coto de Presidente Roca y 3 de Febrero. El local, que toma gran parte de la manzana, sólo tuvo la entrada abierta pero las ventanas laterales tenían las persianas bajas. En el lugar había muy poco movimiento ayer por la tarde. En cambio, a la misma hora, mucha más gente entraba y salía de la sucursal ubicada en el shopping Alto Rosario, donde familias enteras se refugiaron de la lluvia del domingo paseando por el supermercado. Sin embargo, pocas salían cargadas de bolsas con productos del hipermercado. En la puerta de salida por calle Junín seis oficiales de la Policía santafesina estaban apostados en el lugar. Por las dudas. Pero todo transcurría con normalidad, porque no hubo marcha de representantes de la Asociación Empelados de Comercio de Rosario ni ninguna otra actividad de protesta ante la negativa de la cadena de adherir a la ley de descanso dominical por primera vez. Coto, principal detractor de la normativa, levantó las persianas de las cinco sucursales que tiene en Rosario y publicitó fuertes descuentos. A la transgresión de la norma se sumó la cadena Jumbo, en el shopping Portal Rosario.
Contrastes
“Vinimos con mi familia a pasear por el shopping porque el clima no da para hacer otra cosa. Y terminamos en el súper. No sé si está mal. Si los empleados quieren trabajar no les pueden decir que no”, dijo a El Ciudadano Romina, quien así señaló uno de los motivos por los cuales en la sucursal de Coto ubicada en el shopping había un movimiento importante. “No vinimos por las ofertas. Salimos con los chicos a pasear y aprovechamos para ver qué había. No somos de comprar los domingos”, agregó la mujer mientras la hija jugaba con un globo.
Detrás, muchos clientes sin bolsas ecológicas salían con mercadería en la mano, señal de que no habían programado la compra.
“Hacemos las compras grandes los sábados y los domingos. Algunas veces los martes, por el descuento de la tarjeta. Si cierra Coto, vamos a tener que organizarnos para comprar otro día”, contrapuso Damián, que con su pareja aprovechó la tarde gris para abastecerse con el sueldo fresco. “Sabíamos que era el primer día del descanso dominical pero no vimos a nadie en la puerta protestando”, agregó la mujer.
“El clima te lleva un poco a pasear y comprar por ahí algo que te hace falta. Pero no salimos con la idea de comprar”, explicó otra pareja con una bolsa ecológica cargada de mercadería de Coto. Mientras, degustaba un helado de los que venden en el centro comercial.
Hernán, otro cliente del supermercado, le quitó dramatismo a la infracción en que incurrió la firma. “Son cadenas a las que no les importa pagar una multa. Vinimos a pasear y terminamos viendo algunos televisores y aprovechamos a comprar un par de lácteos. La gente, si no puede ir los domingos, irá otro día a comprar”, dijo siempre con el mismo tono de minimizar la polémica.
Arriba de él un cartel anunciaba que desde el sábado hasta ayer regía una promoción de descuento del 80 por ciento en la compra de un segundo artículo en determinados rubros.