Como la oposición es un singular manojo de mediocridad, el oficialismo no ha tenido más remedio que desplegar esos zafarranchos de combate de los que gusta (léase acción de confrontación) con los de su propia especie. Así necesitó, para no perder la forma, enfrentarse con Hugo Moyano e impulsar al líder de la UOM, Antonio Caló, como titular de la central obrera, y disparar contra Daniel Scioli con la mano del vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto y La Cámpora.
Claro que estos movimientos no responden a un mero ejercicio de confrontación, a un zafarrancho de combate, como se ironiza en el encabezado de esta nota. Nada de eso: el oficialismo, o mejor decir el centro de poder de la Casa Rosada, ha entendido claramente que la verdadera oposición está en sus propias filas y es un sector temible. ¿Por qué temible? Porque la imagen de Scioli sigue firme y creciendo (superando incluso en la provincia de Buenos Aires a la de Cristina, según algunas encuestas) y porque Moyano y sus muchachos han acumulado el suficiente poder como para provocar un dolor de cabeza. Un Moyano que tiene proverbial predicamento entre las bases de su importante y estratégico gremio y a quien le disputa el liderazgo cegetista un Caló quien, después del machetazo de Cristina pidiendo “sensatez” a todos los sindicalistas, quedó “dolido, pero no enojado”.
Por eso no debe extrañar lo que dice la noticia y que puede ser indicio de probable acuerdo: “En una movida que puede ser interpretada como un intento de Moyano de acercarse al grupo denominado independiente, el dirigente camionero aprovechó una reunión con Gerardo Martínez para definir la conformación de la delegación de la CGT que participará de la asamblea anual de la Organización Internacional del trabajo (OIT), y se comprometió a evitar una fractura en la central obrera. Pese a ratificar que está decidido a buscar un tercer mandato al frente de la central sindical, Moyano le aseguró a Martínez que intentará acercar posiciones con sus opositores, que promueven la candidatura del metalúrgico Antonio Caló. Martínez forma parte del denominado grupo de independientes, que si bien promueven el final de ciclo de Moyano tampoco están del todo convencidos de formar una alianza con los Gordos y con el barrionuevismo”. Como se advierte, nada está definido en torno de la CGT y de los gremialistas peronistas, a los que pueden dividirlos cuestiones políticas internas, pero unirlos fuertemente otros intereses.
Así están las cosas políticamente en el país, todo entre La Cámpora y La Juan Domingo; entre un Moyano que se ha convertido en un opositor; un Scioli que ya adelantó que desea ser presidenciable; entre medidas gubernamentales que en espíritu son plausibles, pero que en la práctica sufren serias distorsiones con las consecuencias de rigor y una oposición que ha dejado de ser tal para convertirse en un abigarrado manojo de confundidos, intrascendentes y harto conocidos dirigentes, con el mismo y perimido discurso, sin contenido cautivante y con paupérrimos proyectos.
En esta realidad, la moneda estadounidense, en el mercado paralelo, se comercializaba en las últimas horas a 5,50 pesos (o más). “¿Cuál es el precio del dólar paralelo?”, preguntó quien esto escribe a un hombre del mundo de las finanzas rosarinas: “Ya no lo puedo precisar. Depende, hay gente desesperada que necesita para comprar y paga cualquier cosa”.
Como para muestra basta un botón: un conocido supermercado de la ciudad ofrece yerba entre 25 y 39 pesos el kilogramo. Pero eso sí: nada de llevar más de tres paquetes por persona. Y esto es un mero artículo entre una miríada que ha visto sus precios incrementados en los últimos tiempos. Según el Instituto de Investigación de Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, la expectativa inflacionaria para los próximos meses, promedio nacional, es del 35 o un 37 por ciento.
A todo esto, se suman más medidas “cepo” (que para ciertos economistas son como la aspirina: “Pueden calmar el dolor transitoriamente, pero no curan la enfermedad y se corre el riesgo de sangrado”), como la restricción a casi cero de la compra oficial de divisa extranjera; el cierre desmedido de la importación; la lupa ahora sobre los monotributistas y un mal que persiste y pesa sobre muchos trabajadores: el impuesto a las ganancias (¡!). Sigue el incremento de tributos y costos de servicios; hay sensación de faltante de plata y la inflación no puede ocultarse. Todo entre La Cámpora y La Juan Domingo (una metáfora para pintar al oficialismo y la verdadera oposición), porque lo demás parece no existir.