La audiencia de prisión preventiva que se desarrolló anteayer por dos de los once imputados en la megaestafa inmobiliaria, causa que incluye además acusaciones por lavado de activos y asociación ilícita, profundizó la teoría fiscal sobre uno de los principales sospechosos, el contador, desarrollador inmobiliario y corredor bursátil Jorge Oneto. Este, para el fiscal Sebastián Narvaja, a partir de su poder económico pero también por sus contactos sociales, encarna la cima de la primera célula de las tres con que de acuerdo con su hipótesis trabajaba la banda, en un sistema de redes y no piramidal, que se hacía de manera fraudulenta con poderes de propietarios de inmuebles y así los desapoderaba. El funcionario judicial apuntó a probar el nexo en los negocios entre éste y el más modesto Leandro “Lelo” Pérez, también acusado.
Oneto estará preso al menos hasta el 12 de diciembre, según decidió la jueza Mónica Lamperti, luego de escuchar los argumentos del fiscal y los defensores del empresario. En el caso de la estafa con el campo de la localidad de Villa Amelia, propiedad de la viuda de un ex camarista, hecho central en la imputación contra Oneto y la mayoría de acusados, hubo una sucesión de traspasos habituales en cada una de las estafas; el inmueble terminó en manos de uno de los responsables de Gilli Inmobiliaria, Juan Ignacio Borghi, cuyo testimonio Narvaja ventiló anteayer en la audiencia. Pero en los pasos previos estuvieron, según revelan las escuchas, los empresarios Leandro “Lelo” Pérez y Marcelo Jaef, aunque el primero sólo actuó como intermediario entre el segundo y Oneto, comprador inmediatamente anterior a Borghi. Narvaja también reveló anteayer que un legajo sobre el campo de Villa Amelia había desaparecido del Registro de la Propiedad y desmenuzó una a una las sociedades y cuentas offshore que integran el patrimonio de Oneto para argumentar que tiene los medios económicos como para entorpecer la pesquisa.
El almacenero
Para sostener la teoría de que Oneto y Pérez, quien en su momento fue titular de Reina Automotores SRL y luego se hizo conocido por su romance con la vedette Vicky Xipolitakis, no sólo se conocían socialmente, tal como sostiene el primero, el fiscal describió que durante un allanamiento a una propiedad de Oneto, ubicada en la torre Aqualina –edificio que este empresario desarrolló en su momento–, se encontró dentro de un mueble de televisor una carpeta contable informal que tenía como título “gastos almacenero”.
En varias de las páginas de esta especie de libreta de almacén aparecieron asientos con cifras en dólares con el nombre de Lelo. A modo de ejemplo el fiscal citó algunas de las anotaciones: Lelo Pueblo Esther 180 mil dólares, Lelo rodados 20 mil dólares, Lelo Cetro Real 80 mil dólares. En otra columna que figuraba como Aqualina aparece Lelo 85 mil dólares, Lelo 17-343 mil dólares, Lelo 30-360 mil dólares.
A lo que sumó que por la compra venta del campo de Villa Amelia Oneto entregó cuatro propiedades, una de ellas destinada a Pérez, a quien le hizo un poder irrevocable sobre ese inmueble por muerte o incapacidad a favor de Lelo para que trasladara la propiedad. Para el fiscal, la libreta de almacenero demuestra que Oneto actúa aquí también como fronting (la fachada que encarna quien con dinero, posición social y contactos no atrae la atención de una actividad ilegal como el lavado de activos), porque Pérez no cuenta, según Narvaja, con el poder económico como para tener una propiedad de ese valor y de esta manera formalmente continúa a nombre de Oneto, refirió.
Club Mitre
Otro elemento que citó el fiscal para vincular a Pérez y Oneto es una denuncia que realizó el presidente del club Mitre de pesca, entidad ubicada sobre la barranca del Paraná, en la costa central. Según este directivo, el restaurante que funciona en el lugar se llama “Pescados” y se encuentra controlado por Leandro Pérez y Maximiliano González De Gaetano.
Refirió Narvaja que la persona que explotaba el lugar fue amenazada, tras lo cual el lugar es regenteado por un tal Ezequiel, que es yerno de uno de los detenidos, según refirió el fiscal. A lo que le sumó una escucha en la que Pérez le dice a Oneto: “Mandame a tu yerno para que maneje Pescados”.