Casi a la defensiva, el gobierno logró esta semana la aprobación del Presupuesto 2014 en la Cámara de Diputados, en medio de un escenario electoral adverso y de un complejo frente externo expuesto en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Con inesperado aporte opositor, el oficialismo aprobó la denominada ley de leyes junto con las prórrogas de la emergencia económica y el impuesto al cheque, lo que le da margen para la próxima pulseada por la gobernabilidad en el tramo a 2015.
Se estima que el proyecto no tendrá sobresaltos en el Senado y significará una victoria para la administración kirchnerista en plena refriega de cara a elecciones de octubre.
En ese presupuesto hay un dato con el que el gobierno busca evitar el desbande posterior a octubre, sobre todo en un justicialismo que seguramente se transformará en cabildo abierto.
El proyecto no contempla la prórroga el plan de desendeudamiento federal, como ocurrió en los últimos tres años, por lo que los gobernadores deberán pasar por la Casa Rosada para suscribir acuerdos individuales que les eviten dolores de cabeza.
Se descuenta que se les pedirá que mantengan su alineamiento político con la administración central.
El factor Irán
En el plano internacional, el histórico diálogo entre Estados Unidos e Irán dio mejor marco para reactivar el memorandum de entendimiento firmado por la Argentina y el país persa, aunque es difícil aventurar si incidirá en el esclarecimiento del atentado a la Amia o en mejorar el posicionamiento argentino.
Ambas conclusiones corren juntas porque ese acuerdo firmado con el anterior gobierno del cuestionado presidente Mahmoud Ahmadinejad y ratificado ahora por el del moderado Hassan Rohani excede una mera cuestión bilateral.
Cuando ambos gobiernos dieron el anuncio del entendimiento en febrero pasado, surgieron un sinfín de especulaciones sobre cuáles eran las reales razones del acercamiento.
Por un lado, se indicó que Teherán buscaba burlar su creciente aislamiento internacional en Latinoamérica, para lo cual debía romper la valla que implicaba la resistencia argentina.
Por el otro, se especuló con que el gobierno de Cristina Kirchner intentaba acercarse al Movimiento de Países No Alineados, presidido por Irán, para tener una plataforma de respaldo ante sus incipientes conflictos con los países centrales y también para fortalecer desde ese foro el reclamo contra el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas.
Lo cierto es que con el nuevo escenario sigue vidriosa la posibilidad de que el establecimiento de una Comisión de la Verdad y el interrogatorio de los acusados en Irán –los pilares del acuerdo– signifiquen un avance para esclarecer el peor atentado sufrido por la Argentina.
De hecho, la Justicia argentina, a través del fiscal especial Alberto Nisman, acaba de ratificar la culpabilidad de los acusados iraníes y, hasta ahora, el país de los ayatolas ha proclamado la inocencia de todos ellos.
Una pieza más
Por otra parte, el memorandum y su nuevo escenario no aportan soluciones concretas a los problemas más urgentes del país, que en buena medida están atados a los diferendos entablados internacionalmente.
Si bien el hecho de que Estados Unidos establezca un diálogo con Irán removería per se los reparos que planteó el gobierno de Barack Obama sobre el entendimiento argentino-iraní, difícilmente sea suficiente para mejorar la relación con la Casa Blanca y la posición argentina en el litigio contra fondos buitre.
Los fondos especulativos que litigan por la deuda en default habían ejercido con éxito un fuerte lobby en el congreso estadounidense sobre la base del memorandum con Irán.
En ese marco, se espera que a partir de este lunes la Corte Suprema de Estados Unidos decida si acepta el conflicto entre la argentina y los fondos NML y Aurelius, los que obtuvieron fallos favorables en dos instancias inferiores.
El diario especializado The Wall Street Journal evaluó que existen posibilidades de que los integrantes de la Corte le pidan al funcionario que sirve de vínculo con el Poder Ejecutivo (Solicitor General) que les envíe la opinión del gobierno de Barack Obama acerca de si deben o no escuchar el caso.
Pero más allá de la cuestión Amia, que según fuentes nacionales interesa más al gobierno de Israel que al de Estados Unidos, lo que la administración estadounidense reclama es que la Argentina asuma el pago de fallos contrarios del Ciadi en juicios que plantearon cinco empresas estadounidenses.
Una objeción similar pero respecto de Repsol sostiene España desde que el Congreso argentino ordenó la expropiación de acciones de la firma española en YPF. De hecho, la administración kirchnerista hizo ofrecimientos que la firma española consideró insuficientes y en esa negativa cuenta con el respaldo de Madrid.
Después de un período de hielo bilateral, los cancilleres Héctor Timerman y José Manuel García Margallo se reunieron en Nueva York y protagonizaron un nuevo minué. El argentino anunció un frente común para los casos de Malvinas y Gibraltar y luego el español salió a relativizarlo. En el fondo, lo que España quiso marcar fueron las diferencias por la expropiación de Repsol.