El papa Francisco celebra su cumpleaños número 78 y si bien el Vaticano no programó ningún acto oficial, fue homenajeado con números artísticos y recibió la visita de una delegación de jóvenes jujeños en la Plaza de San Pedro, en ocasión de la habitual audiencia de los miércoles.
«A él no le gusta festejar, pero a pesar de eso sabemos que en la audiencia habría números artísticos, tango y una delegación de más de 30 jóvenes con discapacidad de la provincia de Jujuy que presentaron una obra musical», dijo el nuevo embajador argentino en el Vaticano, Eduardo Valdés.
Aunque la costumbre es festejar sólo la onomástica, la delegación jujeña -compuesta por jóvenes sordos de la Escuela Hellen Keller y con síndrome de Down del Ballet de la Asociación Sol y Arteque- que llegó anoche a Roma para conocer a Francisco, presentó la obra «Gestos de amor» de la mano del músico purmamarqueño Memo Vilte, acompañados del obispo de Jujuy, César Fernández.
En tanto, miles de apasionados por el tango bailaron en la plaza de San Pedro del Vaticano al son del bandoneón, en respuesta a una invitación lanzada en las redes sociales para celebrar el cumpleaños. Llegados de toda Italia y algunos incluso de más lejos, los bailarines se levantaron al alba para asistir en primera fila a la audiencia general. Cuando el papa Francisco llegó a la plaza, agitaron un pañuelo blanco, mientras que otros fieles entre los 13.000 presentes le ofrecieron una torta o le convidaron un mate. Luego, los fieles escucharon la catequesis del pontífice sobre la familia bajo un bello sol invernal.
Allí, Francisco condenó los «inhumanos actos terroristas» ocurridos recientemente en Australia, Pakistán y Yemen. El Papa pidió rezar la oración del Padre Nuestro por las víctimas de estos ataques y pidió que «el Señor reciba en su paz a los fallecidos, conforte a los familiares y convierta los corazones de los violentos».
Hacia el mediodía, cuando suena habitualmente la hora de la dispersión tras la partida del Papa, sonaron algunos de los temas favoritos del exarzobispo de Buenos Aires. Cientos de parejas de bailarines abrieron entonces el baile en la célebre Avenida de la Conciliación para regalar simbólicamente al Papa esta sensual danza.
Hace algunos años, antes de ser elegido sucesor del trono de Pedro, Jorge Bergoglio confesó en una ocasión su pasión por el tango. «Me gusta muchísimo, es algo que me sale de adentro», dijo en una entrevista publicada luego en el libro «El jesuita». Según su hermana, en su juventud fue incluso un buen bailarín.
El año pasado, para su primer cumpleaños en Roma, Radio Vaticano ya difundió sus tangos preferidos, entre ellos «Por una cabeza», de Carlos Gardel. Por su parte, el pontífice parece desear que éste sea un día normal. No tiene nada especial previsto en su programa oficial y la prensa italiana habla sólo de que le han hecho una torta para el almuerzo.
El año pasado, mientras decenas de miles de personas lo felicitaban en Twitter, Francisco sólo invitó al personal de la Casa Santa Marta, donde reside, a su misa matutina para darle un ambiente familiar. Luego desayunó con cuatro personas sin hogar.