“Es complicado el tema. Yo antes de la pandemia me estaba entrenando para los 42 kilómetros y ahora correr con el tapaboca hacé de cuenta que corres en la altura de Quito”. Así define Leandro, uno de los primeros que salió a entrenar en la mañana del lunes, su experiencia. Lo hizo por la zona de la costanera y con todas las medidas sanitarias pertinentes.
“Durante estos tres meses hice bicicleta fija y funcional en casa, nada de correr porque no tenía espacio físico pero ahora esto de entrenar con barbijo nada que ver. Llega un momento en donde no podés cambiar el aire, es como si corrieras en la montaña por el tema de la subida y esto te da la misma sensación de ahogo. Hasta se te hace dificultoso correr y te das cuenta que es por el tapaboca porque si te lo bajas un poquito, parece que te dieran oxígeno”, narra el corredor sobre su experiencia en este primer día de nuevo entrenamiento.
“Es muy complicado, tenés que bajar el ritmo, ir más tranquilo y disfrutar correr con el tapaboca ya que si pasa algo, volvemos para atrás”, explica Leandro sobre las consecuencias que podría traer no usarlo y marca un dato no menor: “Hoy de 10 personas, 7 andaban corriendo sin barbijo. No podés ser tan desconsiderado porque estás perjudicando al otro, hay que tener un poco más de empatía. Además estás entrenando, no es que vas a correr en los Juegos Olímpicos de Tokio”.
Resumiendo su experiencia, marca que “se puede pero tenés que ir más lento y es muy dificultoso para respirar”.
Por su parte, Ayrton Lewandowski, preparador físico que se desempeña actualmente en las divisiones inferiores de Central Córdoba, cuenta cómo programó los trabajos que realizarán los juveniles en sus entrenamientos personales: “Los chicos entrenan con tapabocas y si vos haces una actividad de alta intensidad donde estas en hiperventilación constante es muy molesto. Imagínate que sin barbijo te genera un cierto grado de agitación, con él te da una sensación de ahogo más importante”.
Sobre el panorama con el que se encontró durante la jornada, Lewandowski contó que “algunos llevan tapabocas puesto pero otros van con el barbijo debajo del mentón y se lo acomodan correctamente si pasa gente cerca de ellos. Veremos cómo se sigue dando todo con el correr de los días”.
“Correr con el barbijo puesto es netamente incómodo, especialmente porque te falta el aire y no alcanzas a oxigenar bien, más allá de que hay de diversos tipos. El «común» que tiene la mayoría de las personas resulta ser muy molesto”, sintetiza el profesional con relación a lo que ha percibido sobre esta nueva experiencia en la actividad física.