El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable Sergio Bergman advirtió que «el planeta está en el límite», remarcó que la encíclica del papa Francisco Laudato Si’ orientará la gestión desde la que busca «poner a la dignidad humana por encima de todo» y en ese marco destacó que «erradicar el hambre también tiene que ver con lo sustentable».
«Hubo un primer cambio: pasamos de un medio ambiente, como se llamaba antes el Ministerio, a un ambiente completo, con desarrollo sustentable», dijo el funcionario en entrevista con Télam a poco más de dos meses de haber asumido la cartera para la que propone «una visión integral de la ecología, en línea con la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco».
«Estamos hablando de un cambio de paradigma en el que el eje pasa a ser la dignidad humana, ya no sólo el hábitat», planteó el rabino de 54 años quien también advirtió que «hoy el planeta está en el límite», lo que genera la «urgencia» para actuar.
«Este nuevo eje presupone que todo ser humano merece un ambiente sano y debe cuidarlo. Por eso hacemos este llamado: no hay nada más universal que la casa común, como llama Francisco a la tierra en su encíclica, en la que debe habitar toda la familia humana», manifestó.
«Como guía de valores usaremos la Laudato Si’, y como referencia para las prescripciones tomamos los lineamientos que se adoptaron en la última cumbre climática de París, la COP21, en la que Argentina volvió al mundo», remarcó sobre el encuentro en el que centenares de países se comprometieron a reducir los gases contaminantes.
En esa dirección, el ministro explicó que la gestión apostará «por una economía verde sustentable, en la que sea rentable ser verde» en un marco en el que «erradicar el hambre también tiene que ver con lo sustentable».
«En lo sustentable hay dos miradas: una para el ser y otra para el hacer, en la que hay mucha trayectoria. Ahora vamos por el pleno ser sustentable, en una ecuación en la que cada persona tiene que planificar su cotidianidad de esa manera, porque por ahí empiezan las grandes políticas», agregó Bergman.
En ese marco, el ministro planteó “empezar a pensar para no comprometer a las futuras generaciones” y “escuchar mucho a los mayores y a los chicos, buscar el compromiso de todos en el ser y en el hacer sustentables».
«Más allá de los conocimientos específicos que hay que tener, en el día a día es un tema más ético que técnico. La agenda diaria que uno tiene son todos conflictos de intereses. Y la idea que planteamos, como hace la Laudato Si’, es que siempre prevalezca el bien común en esas disputas», enfatizó.
En esa dirección, Bergman recordó que «en nuestro país, por ejemplo, no hay que tomar el tema como una concesión o algo así. Es una obligación marcada por el artículo 41 de la Constitución Nacional que marca el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras».
«En definitiva debemos ir también hacia un cambio cultural, hacia el hecho de poner en valor la vida. La dignidad humana tiene que estar por encima de todo. Tenemos que saber que la Madre Tierra es el sustento de nuestras actividades, verla como un insumo, pero no caer en el consumo exacerbado que termina alienando», planteó el ministro.
«Consumir por consumir nos lleva a los flagelos de la drogadicción, a cosificar a las personas y a su degradación», advirtió el rabino en esa dirección.
Por otro lado, Bergman se refirió y dio su respaldo al diálogo interreligioso que lleva adelante el papa Francisco.
«Lo interreligioso tiene mucho valor. En definitiva, se trata -como bien marca Francisco- de celebrar nuestras diferencias sin cancelarlas, estar en una biodiversidad espiritual para coexistir en armonía y paz. Y eso es lo que planteamos hacer en el Ministerio: transferir ese diálogo a la naturaleza», explicó.