Encontraron su cuerpo el miércoles por la noche. Estaba en el pozo de un molino en una propiedad ubicada en la zona rural de General Lagos donde Elsa Mercuri vivía junto a su pareja. Elsa tenía 61 años y estaba desaparecida desde finales de marzo. Uno de sus hijos obligó a su padre a dejar una constancia de su ausencia en la comisaría de dicha localidad pero nada se supo de ella hasta el allanamiento a la propiedad donde encontraron restos humanos en el pozo, la ropa y los dichos de su pareja ante los investigadores hicieron de que no haya dudas de que Elsa había sido víctima de un femicidio. El hombre quedó detenido en ese momento y en la audiencia de este viernes se conoció que las cuatro décadas de convivencia de Elsa con su pareja estuvo marcada por la violencia de género. El acusado quedó en prisión preventiva por dos años e imputado por homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género.
Elsa Noemí Mercuri desapareció el 28 de marzo pasado. Nada se sabía de ella hasta que el 8 de noviembre su búsqueda apareció en un portal de noticias de General Lagos. El fiscal de Flagrancia José Luis Caterina inició una investigación de oficio para dar con Elsa donde intervino el personal de la División Capturas de la Policía de Investigaciones (PDI). El miércoles pasado encontraron sus restos en el interior de un pozo de un molino en una finca ubicada a la altura del kilómetro 275 de la Ruta Nacional 9, de esa localidad. En esta propiedad, Elsa vivía con su pareja José María Castro, de 64 años. Del pozo, personal policial de la subcomisaría 13ª de Lagos y de PDI, que contaron con el apoyo de la Agrupación Bomberos Zapadores y Bomberos de Arroyo Seco, sacó huesos, piezas dentarias, pelos, una soga y un machete. La pesquisa quedó a cargo del fiscal de Homicidios Adrián Spelta.
Elsa y su pareja estuvieron juntos 43 años y tuvieron cinco hijos. De las declaraciones surgió que delante de ellos hubo muestras de violencia física que incluyeron denuncias. Había maltratos físicos y psicológicos por parte de Castro para con Elsa, era una relación basada en el sometimiento, describió la Fiscalía en la audiencia imputativa.
A finales de marzo Elsa, con una fluida presencia en las redes sociales, dejó de postear y nadie supo más de ella. A principios de noviembre, la noticia de su búsqueda de paradero se publicó en el portal de noticias Notilagos.
Pero antes hubo otra situación, a principios de abril y obligado por uno de sus hijos, Castro se presentó en la subcomisaría y dejó una constancia en la que contó que hacía dos años que estaba separado de Elsa pero en «armonía» y agregó que a finales de marzo se había ido de la casa y no supo más de ella. Además, quiso reafirmar sus dichos con la acotación que de ya se había ido en otras siete oportunidades, describieron los pesquisas.
Sin embargo, las declaraciones de los hijos sembraron dudas. Les extrañaba que su mamá no se comunicara, que haya dejado su teléfono y que no tuviera actividad en las redes sociales. También dijeron que la actual pareja de su padre había quemado todas las cosas de su madre incluso el colchón y la cama donde dormía Elsa, dijo la acusación en la imputativa.
También se conoció que Castro les daba a sus hijos distintas fechas de la “supuesta” partida de Elsa. Ellos contaron a la Fiscalía sobre la relación violenta que vivía la víctima con el sospechoso. Uno de ellos describió que Elsa le mando un mensaje el 28 de marzo que decía: “José es el tipo más hdp que existe pero nadie me cree pero también tiene su castigo”.
El testigo agregó que un tiempo antes, durante una comida, su madre le dijo a modo de broma que su marido la iba a matar y la iba a tirar al pozo del molino. Su padre contestó que le iba a tirar cal para que se la coma así no quedaban ni los huesos, contaron en la audiencia.
Otra de sus hijas dijo que la habían llamado de la comisaría el 27 de noviembre para avisarle que habían ido a buscar a su padre y que no lo encontraron en la propiedad. Estaba en la casa de su actual pareja.
Hicieron un allanamiento en el campo donde vivía su madre y encontraron los restos en el pozo del molino, siguió el fiscal en la audiencia.
Una fuente policial contó que al leerle los derechos, Castro manifestó que los restos de Elsa estaban en el pozo. Dijo que tras una discusión se pegaron y en un momento le puso una soga al cuello y tiró hasta que Elsa se cayó desvanecida. Pensó que estaba desmayada pero pasaron unas horas y no reaccionaba. Cuando se dio cuenta que no tenía signos vitales metió el cuerpo en una bolsa de arpillera y la tiró al pozo.
Castro fue imputado por el delito de homicidio calificado por el vínculo y por mediar un contexto de violencia de género. El juez Hernán Postma admitió la imputación y dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley a pedido del fiscal Miguel Moreno en reemplazo de su par Adrián Spelta.
Paso a paso: cómo fue la pesquisa que llevó a desentrañar el femicidio de Elsa