La semana pasada, Sergio Hernández dejó de ser el entrenador de la selección argentina y los próximos compromisos no permiten esperar demasiado como para elegir al próximo. Fabián Borro, presidente de la Confederación Argentina (CAB) explicó que la decisión debía estar para fines de agosto, principios de setiembre y la fecha tope se le vino encima.
Si bien es cierto que la primera cita de la selección es la ventana FIBA de noviembre clasificatoria para el Mundial 2023, no es cuestión de elegir al reemplazo de Oveja una semana antes. Es un cambio profundo el que se viene, sin Scola, sin muchos de los integrantes del plantel de Tokio para esa primera ventana y, además, hay que generar un plan que vea más lejos, en lo posible París 2024.
¿Qué puede ocurrir? En cuanto al entrenador, todos los boletos tienen el nombre de Néstor García. El Che está libre, más allá de que seguramente se permita el part time al que venga, siempre tuvo buena relación con Borro y es muy respetado por todos: jugadores, colegas, Generación Dorada, prensa, rivales. Indudable jerarquía para el puesto. Con un extra: tiene muchísimas ganas de dirigir a la selección. Lo hizo en el Sudamericano 2012 de Chaco (donde debutó Campazzo), y fue asistente de Lamas un año antes en el Preolímpico de Mar del Plata.
Cuando se anuncie su arribo (esta semana), también se confirmará que uno de sus asistentes será Leonardo Gutiérrez, que viene de estrenarse como DT de una selección argentina (U16). Será una manera de no perder presencia de la Generación Dorada en el equipo nacional tras la partida de Scola. Y luego vendrían los demás integrantes del cuerpo técnico. ¿Estará Pablo Prigioni de alguna manera?
Hay otra historia dando vueltas, que no se sabe si tiene base sólida, que habla de una posible convocatoria de dos históricos como Julio Lamas y/o Rubén Magnano para ser parte del nuevo camino, en una posición de manager.