La sesión histórica en la Cámara de Diputados, donde se le dio media sanción al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, fue un tema ineludible a conversar con el José Pepe Mujica, durante cuya presidencia de Uruguay, en 2012, se legalizó el aborto que redundó en la caída de la mortalidad materna, ubicándola en la más baja de Latinoamérica.
Consultado sobre qué le parecía el avance en Argentina, contestó: “Yo pecador me confieso. Fui presidente e impulsé en mi país una decisión de ese tipo. Por un razonamiento muy sencillo, me crié en barrios proletarios, muy pobres, y conocía una partera que se llamaba «la Fonseca» donde hacían cola las mujeres desde la mañana para hacerse abortos. Estaba a dos cuadras de una comisaría y en Uruguay estaba prohibido el aborto pero todo el mundo lo sabía”.
“Allí no había ningún médico, era una partera. ¿Quién iba? Las mujeres pobres porque sin entrar a discutir filosóficamente el asunto, hay un problema de clases. Siempre las mujeres pobres tuvieron la desgracia de sacrificar su juventud y hasta su vida”, agregó Pepe.
Por último, Mujica evaluó que “los hombres no tendríamos que participar de esa decisión” sino que “es una decisión que estrictamente la tendría que tomar el mundo femenino”.