Un suspiro. Menos de una semana en el cargo permaneció el ministro de Educación de Brasil, Carlos Alberto Decotelli, el único funcionario de primera línea de piel oscura en el gabinete del presidente Jair Bolsonaro. Y lo que le costó el cargo tiene raíz en Rosario: como suele hacerlo con muchas de sus medidas, el mandatario había presentado a su nuevo colaborador a través de la red social Twitter, con una foto de ambos y el relato del alto nivel de formación del economista. Pero cometió un furcio: sumó a los pergaminos un doctorado en la “Universidad de Rosario”, que el propio rector de la UNR, Franco Bartolacci, desmintió en un tuit que había copiado al anterior: de Rosario, Decotelli, no se había ido con ningún doctorado. Y ahora ya tampoco es ministro.
Decotelli es el tercer ministro de Educación que reemplaza el mandatario ultraderechista en apenas poco más de un año y medio de gestión: su mandato se inició el 1º de enero de 2019, tras unas elecciones en las que su principal oponente, el ex presidente Lula da Silva, fue encarcelado y proscripto.
Desde entonces, su accidentado gobierno fue perdiendo ministros a ritmo acelerado, además de aliados y apoyos políticos claves. Por ello Bolsonaro está recomponiendo una masa crítica de gobierno con multitud de pequeños partidos, los llamados “nanicos” (enanos) a los que les abrió las segundas y terceras líneas de gobierno.
En el marco de esos recambios aterrizó Decotelli, ahora eyectado. Para peor trascendió que otro posgrado que Bolsonaro publicó como tal era también inexacto: en Wuppertal, Alemania, realizó una investigación por tres meses en 2016, pero no completó ningún posgrado, que se cursan por entre dos y cuatro años allí. La propia Universidad de Wuppertal lo informó este lunes 29 en una nota enviada al diario brasileño O Globo, en respuesta a una consulta.
“Carlos Decotelli no obtuvo un título en nuestra universidad”, dijo Jasmine Ait-Djoudi, oficial de comunicación de la Bergische Universität Wuppertal (BUW).
Y en la Universidad Nacional de Rosario, donde Decotelli sí cursó un posgrado, su tesis final no fue aprobada, y por tanto no obtuvo el título.
Según la agencia española de noticias EFE, cuando el primer escándalo, originado en Rosario, tomó cuerpo, el gobierno brasileño decidió chequear en profundidad el currículum. Y con el segundo furcio, ya fue demasiado. Decotelli iba a asumir oficialmente este martes en una ceremonia que nunca llegó a concretarse.
El currículum de Decotelli figura en una plataforma académica oficial y también dice que ha trabajado en el Instituto de Finanzas de Nueva York y en el Instituto Brasileiro de Mercado de Capitales (Ibmec), y fue profesor en varias universidades del Brasil. También que cursó estudios en la Escuela de Guerra Naval, en la que dictó clases y recibió el cargo de oficial de reserva de la Armada. Sobre esos datos no había inexactitudes. También estuvo al frente, antes de su trunco salto al gabinete, del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación, que depende precisamente del Ministerio que no llegó a conducir.
Decotelli iba a sustituir en el cargo a Abraham Weintraub, un exponente de la de la ultraderecha que renunció la semana pasada en medio de fuertes presiones dentro del oficialismo, por su “cruzada” contra el “marxismo cultural”. A diferencia de este último, el nuevo ministro iba a tener un perfil más técnico que político, para calmar aguas internas. Pero algo falló.
En lo que va de la pandemia de coronavirus, Bolsonaro perdió a cinco de sus ministros por diferentes razones: dos de Salud (Luiz Mandetta y Nelson Teich), uno de Justicia (Sérgio Moro) y Weintraub y Decotelli.
Lío internacional: Bolsonaro presentó a un nuevo ministro y la UNR le desmintió un doctorado