El escándalo de los reportajes “fake” (falsos) publicados por Der Spiegel sacude al semanario político de referencia en Alemania, desde donde se cuestiona no sólo el populismo derechista del país, sino también la administración de Donald Trump.
Los intentos de la revista por esclarecer el “caso Claas Relotius”, el periodista al que despidió tras revelarse que inventó reportajes y testimonios, se mezclaron con la queja de la embajada de Estados Unidos que le imputa una campaña contra su país y sus ciudadanos.
“Está claro que hemos sido víctimas de una campaña impulsada institucionalmente”, afirmó el embajador estadounidense en Alemania Richard Grenell, en una carta enviada a la redacción de ese medio, de la que se hizo eco ayer el diario sensacionalista Bild.
La reacción del diplomático, nombrado el pasado mayo y al que se atribuye cercanía con el populismo derechista, fueron fuertes críticas por el escándalo por las “fake news” publicadas por el periodista Claas Relotius, de 33 años, premiado en Alemania y en Estados Unidos como exponente del periodismo de investigación.
El semanario, tras despedir a quien fue su autor estrella, explicó que todo ocurrió a sus espaldas, hasta que salió a la luz el engaño gracias a otro periodista, el germano-español Juan Moreno.
Las sospechas sobre Relotius surgieron tras la publicación en noviembre pasado de un reportaje sobre la situación en la frontera entre Estados Unidos y México, en el que también colaboró Moreno, quien comunicó sus dudas sobre lo que ahí se relataba.
Moreno siguió la pista de algunos testimonios y trasladó esas revelaciones a sus superiores, en parte, para proteger su propia credibilidad, como coautor del artículo.
Der Spiegel hizo el “mea culpa” por no haber revisado con el rigor debido esos contenidos y dedicado al caso su portada.
El semanario estableció una comisión para revisar cada artículo publicado de este autor.
Estos intentos por explicar la situación no son suficientes para Washington; según su embajador, lo ocurrido “preocupa mucho a Estados Unidos” ya que “algunos de los reportajes” de Relotius “afectan la política y a la población estadounidense”.
Aparentemente en busca de la “historia perfecta”, Relotius atribuía a algunos personajes reales perfiles biográficos inventados y ponía en su boca declaraciones que nunca hicieron.
Entre los casos que se han ido revelando está una entrevista a la última superviviente de la resistencia contra Adolf Hitler llamada “Rosa Blanca”, Traute Lafrenz, en la cual hay pasajes enteros inventados, así como reportajes sobre refugiados sirios.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AFD), la tercera fuerza del Parlamento federal, aprovechó la situación para arremeter contra lo que denominaba “prensa mentirosa”.