Decenas de manifestantes impidieron que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pronunciara una conferencia en una universidad de Asunción al grito de «golpista» y «terrorista», por su posición con respecto a la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, forzado por las Fuerzas Armadas bolivianas.
La comitiva de Almagro llegó el martes a la noche a las inmediaciones del centro donde lo esperaban los manifestantes con pancartas en las que lo acusaban de «golpista».
«‘Almugre’ asesino» o «Almagro, tus manos tienen sangre boliviana» eran algunos de los mensajes que se leían en los carteles de los manifestantes, que también ondeaban banderas de las juventudes comunistas con el rostro de Ernesto Che Guevara y la whipala, considerada un símbolo patrio por la Constitución boliviana promulgada en 2009 por Morales.
Los manifestantes consiguieron abortar el acceso de la comitiva de Almagro, que no llegó a bajar del coche, mientras que en el interior de la Universidad esperaban que se aclarara la situación.
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Casi una hora después, los organizadores del acto anunciaron al auditorio la ausencia de Almagro, quien por motivos de seguridad prefirió cancelar su asistencia, consignaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
Ante este anuncio, un grupo de manifestantes que había logrado infiltrarse en la sala comenzó a gritar su apoyo a Morales y su rechazo y repudio a Almagro, al que tacharon de «asesino» y «golpista asesino».
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«Acá no van a entrar los golpistas» fue otra de las proclamas dirigidas en el auditorio mientras el personal de seguridad del acto forcejeaba con los jóvenes al intentar evacuarlos hacia el ascensor, a menos de un metro de la puerta.
Tras cinco minutos de disputas, los jóvenes abandonaron el edificio y a su salida fueron recibidos con vítores por el resto de manifestantes.
Hasta la entrada del edificio también se había desplazado un grupo antidisturbios, que se limitó a escoltar a los «infiltrados» hasta el exterior sin hacer uso de la fuerza.
Morales abandonó Bolivia el 11 de noviembre, después de que las Fuerzas Armadas lo forzaran a dejar el cargo, y recibió asilo en México.
La renuncia de Morales fue considerada un «golpe de Estado» por varios gobiernos y políticos latinoamericanos, otros países han reconocido a la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez y parte de la comunidad internacional instó al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.
Almagro cerró con este escrache su visita a Paraguay, donde el lunes se reunió con el presidente Mario Abdo Benítez, y con el ministro de Exteriores, Antonio Rivas.
«Hoy en Paraguay le recordaron a Luis Almagro y a la OEA que ante su silencio cómplice, fuerzas militares siguen asesinando a la población civil. Ya van 27 muertos, cientos de heridos y apresamientos en masa», escribió en su cuenta de Twitter el ex presidente Fernando Lugo.