Un céntrico edificio de la peatonal rosarina fue el blanco del robo de varias de sus oficinas durante el fin de semana largo. El edificio, que cuenta con dos puertas de ingreso, permaneció cerrado y sin movimiento desde el jueves por la noche hasta el domingo por la mañana, cuando una empleada de limpieza fue a trabajar y encontró una puerta del noveno piso destrozada. En total, fueron ocho las oficinas violentadas, aunque en muchas no se encontraron faltantes.
Los investigadores aún no pudieron establecer la mecánica bajo la cual actuaron los ladrones, pero los vecinos del edificio hallaron la ventana del baño de hombres rota, lo que podría explicar una vía de escape. También arrojaron la hipótesis de que los ladrones contaban con las llaves de ingreso.
Los fines de semana parecen haberse convertido en una franja de días vulnerable a robos, sobre todo en edificios que funcionan con oficinas que atienden en horario comercial. Más aún cuando se trata de fines de semana largos. Tal fue el caso del edificio ubicado en Córdoba al 1100, frente a Fallabela, que en algún momento entre el jueves a la noche y el domingo por la mañana fue el blanco de los ladrones.
El robo fue reportado anteayer cuando alrededor de las 10.30 una empleada de limpieza del noveno piso fue a trabajar y encontró la puerta de una empresa cerealera destrozada. Enseguida, dio aviso a la Policía y, con el correr de las horas, los ocupantes de otras dependencias que funcionan en el edificio fueron anoticiándose de los destrozos.
Incluso, algunos se enteraron ayer a la mañana al llegar a trabajar.
Tal fue el caso de Daniel, encargado de seguridad, que llegó minutos antes de las 8 y vio una ventanita de su pequeña oficina abierta. “Me pareció raro y enseguida vi que faltaban algunas llaves. Después recorrimos el edificio con una de las abogadas y las encontramos tiradas. Se ve que pensaron que servían para abrir alguna oficina, pero en realidad eran del baño”, contó.
En total, del edificio de diez pisos, fueron ocho las oficinas violentadas entre el segundo y el noveno. En siete de ellas funcionan estudios jurídicos, mientras que una fue la empresa cerealera, cuya puerta fue destrozada aunque no se encontraron faltantes. “Barretearon la puerta y rompieron la mampostería para poder entrar, pero no robaron nada. Estaban los cheques firmados, las notebooks, pero se fueron con las manos vacías”, dijo uno de sus encargados. Según fuentes policiales, no fue precisado el monto sustraído en el resto de los lugares violentados.
Daniel explicó que el servicio de seguridad del edificio funciona desde hace varios meses, cuando se jubiló el histórico portero. La vigilancia, a cargo de una empresa, va desde las 8 a las 20. El ingreso al edificio cuenta con dos puertas: la primera es una persiana electrónica y la segunda una de vidrio que da acceso a los ascensores. Ninguna de las dos fue violentada durante el robo. Lo que sí encontraron los vecinos fue una ventana rota en un baño de hombres, que pudo haber sido una vía de escape. Igualmente, no descartaron que los ladrones hayan llegado con llaves ya que es un edificio muy transitado, con entre cuatro y cinco oficinas por piso.
Hasta ayer, poco dieron a conocer los investigadores acerca de la mecánica bajo la cual actuaron los ladrones y los montos de dinero sustraídos. Fuentes judiciales informaron que se ordenó la pesquisa de rastros y fotografía. Sin embargo, Daniel contó que hasta ayer sólo habían encontrado un papelito que el personal policial deslizó debajo de la puerta informando que el domingo “pasaron y no encontraron a nadie”. Es que recién el lunes, con el horario comercial, empieza el movimiento en la zona.
Rescate por un celular
Una mujer de 35 años llegó a su casa anteayer por la tarde y se dio cuenta de que le habían robado su celular marca Iphone. La chica llamó y una voz joven le dijo que se lo devolvería si entregaba la suma de mil pesos. Acordaron un punto de encuentro y, después de pagar el rescate, el muchacho quedó detenido.
Ayer a las 19.30, Victoria R. llegó a su vivienda ubicada en el piso diez de un edificio de Pellegrini al 300 y notó que no estaba su celular. Al llamar a su número para localizarlo, un hombre le contestó y le pidió un rescate de mil pesos.
La voz masculina la citó en San Martín y Pasaje Ivanovsky, y Victoria fue a su encuentro, no sin antes dar aviso a la Policía. Al llegar al lugar pactado la muchacha entregó el dinero al ladrón y recuperó el celular. Minutos después, el chico identificado como Marcos C., de 24 años, fue detenido a pocos metros por personal policial. Intervino en la investigación la seccional 15ª, por razones de jurisdicción.
