Si la efectividad de una huelga general se mide por la ausencia de personas y vehículos en las calles, la de ayer fue un éxito. Si, en cambio, se la pondera por la adhesión de los trabajadores y la restricción de actividades productivas, el resultado del paro de ayer convocado por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli –con adhesiones tan disímiles como la Sociedad Rural y la triple C–, es más discutible.
Como sea, Moyano consideró ayer que el nivel de acatamiento al paro nacional fue “mucho mayor” a lo que preveía y pidió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que «escuche el silencio de las calles».
Un sinnúmero de piquetes en accesos, rutas y avenidas permitieron en la mañana observar una postal inédita de la ciudad de Buenos Aires. Apenas algunos autos y escasos colectivos se ufanaban del espacio libre en las arterias durante sus cansinos recorridos.
Los cortes de tránsito en Capital fueron parte esencial del paro de ayer lanzado por las dos centrales obreras (lo mismo ocurrió en Rosario, ver página 8). Garantizaron su eficacia en términos de mostrar una ciudad desierta. El país no se paralizó por la huelga, pero Moyano, Micheli y Compañía consiguieron la fotografía deseada.
Más tarde, el camionero brindó una rueda de prensa en la sede de la CGT Azopardo, acompañado por los dirigentes de su central y los demás organizadores de la huelga, entre ellos Micheli, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y gremialistas de la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo. “Hoy es un día de fiesta, donde todos los que hemos cumplido esta jornada tan importante nos sentimos con enorme satisfacción porque sabemos que estamos cumpliendo con nuestro deber”, sostuvo Moyano, y agregó que «sin ninguna duda ha sido una jornada que ha tenido una adhesión mucho mayor que lo que imaginábamos».
«Se ha expresado en el vacío que hemos encontrado en la ciudad, en los establecimientos, en las rutas. Ha sido una jornada importantísima y yo me imagino que el silencio de las calles y en las empresas es la voz que el gobierno debe escuchar», apuntó.
El líder camionero también envió un mensaje a la CGT oficialista de Antonio Caló, al señalar que “seguramente otros no sentirán la misma satisfacción de defender los intereses de los trabajadores» y repudió las críticas de los ministros, al señalar que «como ocurre siempre desde la épocas de los militares se intenta desvirtuar el reclamo de los trabajadores con funcionarios de cuarta que dicen cualquier disparate”.
Micheli, por su parte, interpretó que el paro nacional “demuestra que el gobierno ha perdido el control del conflicto social” y destacó que “en toda la República hoy (por ayer) hubo más de 300 y movilizaciones”, en tanto coincidió con Moyano en mensurar la huelga en alrededor de “un 90 por ciento” de acatamiento.