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Escuelas saludables, pibes sanos

Un relevamiento en 55 establecimientos educativos de la ciudad confirmó que el 80 por ciento cuenta con quioscos en los que los chicos acceden a alimentos de alto valor nutricional. Intentan que los colegios acompañen la iniciativa con actividades.

frutas

Un relevamiento realizado en 55 escuelas de la ciudad por el equipo de Educación de la Secretaría de Salud municipal mostró que el 80 por ciento de los establecimientos consultados cuentan con quioscos y bufés que venden productos de alto valor nutricional para los chicos. Los datos se dieron a conocer esta semana durante la 3ª jornada de Capacitación de Cantinas Saludables que se realizó en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar). El encuentro formó parte de diversas intervenciones que el área sanitaria local desarrolla desde 2005 debido al resultado de las últimas Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo (ENFR) que posicionó a provincia primera en índices de lucha contra la obesidad y el sobrepeso.

“Nuestro objetivo es hacer que no sólo los quioscos asimilen las prácticas que propone el proyecto sino que las escuelas acompañen con distintas acciones que ayuden a que los niños cambien sus hábitos de consumo”, explicó Laura Giorgiani, coordinadora del programa Educación para la Salud, que, entre otras iniciativas, lleva adelante precisamente la de Cantinas Saludables.

Según los datos del relevamiento el 66 por ciento de las instituciones visitadas no habían sido intervenidas por el proyecto Cantinas Saludables, mientras que sólo el 28 por ciento tuvo algún tipo de acercamiento con la temática. Al respecto, la profesional resaltó el trabajo de la escuela Nº 55 Domingo Faustino Sarmiento, la que no participó de las actividades, y que sin embargo posee “docentes muy comprometidas con la merienda saludable” que hicieron que los chicos lleven frutas para uno de los recreos.

Si bien es auspicioso el número de locales que venden productos nutritivos en los colegios, los más requeridos por los niños siguen siendo los menos beneficiosos como chupetines, caramelos, snacks o alfajores. “A veces los comerciantes tienen intenciones de ofrecer otros alimentos pero los chicos no los compran. Pero, ¿qué pasa cuando se trabaja bien un tema en el aula? Enseguida construyen una idea de lo sano y cuando eso ocurre, ellos mismos piden los productos en los quioscos”, sostuvo. Y aseguró que “para que el trabajo funcione debe haber una interacción con la escuela”.

Hábitos desde la infancia

El Equipo de Educación para la Salud realiza intervenciones con distintas metodologías de trabajo de acuerdo con las necesidades, edades, pautas culturales y hábitos de los alumnos de cada escuela. Otras de las actividades son los talleres de alimentación en los jardines.

“Dado que los índices de obesidad son cada vez mayores vimos como una buena estrategia ir a los jardines de infantes y de esa manera llegar a las familias a través de los niños”, indicó la nutricionista y responsable de los talleres, Silvana Nassivera. Las actividades consistieron en propuestas lúdico-educativas como hacer que los más chiquitos identifiquen a los distintos tipos de alimentos y que ellos mismos confeccionen un menú saludable. También se montó una obra de teatro y las maestras les dieron tarea para hacer en clase.

Según contó la profesional, una de las instancias de trabajo fueron las reuniones con docentes y médicos del Hospital de Niños Zona Norte para abordar la problemática. Otra de las actividades consistió en charlar con los padres acerca de sus hábitos de consumo. “Hay cosas que ellos desconocen, quieren informarse y vemos que tienen bastante inquietud pero ven muy lejano poder cambiar sus costumbres en alimentación. Por eso nuestro objetivo es brindarles las herramienta para que puedan hacerlo”, dijo.

Por otro lado, Nassivera explicó que el ritmo de vida que se lleva hoy en día hace que la alimentación no sea la apropiada. “Se busca lo rápido, lo fácil y eso lleva a perder lo que es la cocina que hacían nuestras abuelas y que se fue perdiendo. La idea es que la mamá cocine comidas sencillas pero con soluciones rápidas y que eso se cambie por las hamburguesas o salchichas”, finalizó.

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