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ESI: sólo el 17% de las escuelas privadas tuvo capacitación

Docentes y estudiantes en 40 de los 230 colegios de la ciudad ya aprendieron sobre Educación Sexual Integral. A pesar de que lo establece la ley nacional, solo 9 de las 24 jurisdicciones del país lo aplican en las clases

En las clases educación física de Bibiana Romeo las chicas y los chicos no hacen sólo ejercicios. Para la docente, al cuerpo se le dice corporalidad y es huesos, músculos, órganos y emociones. Durante el cursado, en los dos colegios privados religiosos en los que trabaja usan las clases para hablar de las dudas y miedos. Los chicos son más callados, pero se animan a decir que no saben cómo usar un preservativo. Las chicas cuentan que cuando salen llevan los preservativos en la cartera y que quieren información sobre los noviazgos violentos. Romeo les da respuestas y abre debates con lo que aprendió en la capacitación del sindicato de educadores privados Sadop sobre la ley de Educación Sexual Integral (ESI). En paralelo, en los dos últimos años el Ministerio de Educación de Santa Fe capacitó a docentes y estudiantes de 40 de las 230 escuelas secundarios privadas de Rosario. En las públicas la capacitación fue en el 100 por ciento de las escuelas. Si bien la ley nacional de ESI es de 2006 sólo 9 provincias la aplican y en las últimas semanas crecieron rechazos a que sea parte de lo que enseñan en clase. En particular, de las instituciones religiosas.

Qué es y cómo se aplica

La ley de ESI cambió la forma de pensar la educación sexual en las escuelas. Abarca los niveles inicial, primario y secundario. Los contenidos no se dan en una materia en particular sino que atraviesan a todas. No es sólo que chicas y chicos sepan cómo cuidarse para evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Busca generar vínculos a partir del ejercicio de los derechos humanos, el respeto a la diversidad sexual, el reconocimiento de las diferencias entre las personas, la perspectiva de género, la valoración de la afectividad y los sentimientos y la prevención del abuso infantil. En este último punto el trabajo de la escuela en la detección de los casos es fundamental porque según un informe de Unicef el 70 por ciento de los abusos sucede en el ámbito familiar.

Los contenidos de la ESI fueron acordados en el Consejo Federal de Educación y las escuelas no tienen que pedir permiso a madres y padres para darlos. En Santa Fe la ESI empezó a implementarse en 2008 a partir de la capacitación de los docentes. En las escuelas secundarias forma parte de las currículas de todas las materias, que fueron modificadas hace cinco años. Este año el Ministerio de Educación empezó a trabajar en la modificación de las currículas del nivel inicial y primario.

En 2016 los docentes de las 4.875 escuelas de la provincia hicieron una jornada especial sobre educación sexual. Cada colegio debía armar el proyecto institucional plasmando los contenidos en objetivos y acciones concretas. En los secundarios desde hace cuatro también participan estudiantes en el marco de la capacitación docente. También lo trabajan en ruedas de convivencia. En junio 40 centros de estudiantes de Rosario fueron capacitados. Además, en los concursos para ser director o supervisor la ESI forma parte de los contenidos obligatorios.

Los programas como “Educación para el amor” –guía elaborada por instituciones y organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica para dar educación sexual– no forman parte de material didáctico de la ley. Son extracurriculares y no están reconocidos por el Ministerio de Educación de Santa Fe.

Años después

La ley 26.150 de ESI fue sancionada en 2006. El debate de la legalización y despenalización del aborto en el Congreso Nacional abrió la discusión sobre la implementación, ya que sólo 9 de 24 provincias la aplican. Desde la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito planteaban entre las consignas la “educación sexual para decidir” y el proyecto presentado la contemplaba. Quienes se oponían al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) argumentaban que para evitar los abortos había que educar. Tras el rechazo en el Senado, diputados y diputadas impulsaron la modificación y actualización del texto. El principal cambio era que ESI sea declarada de orden público para que todas las provincias la apliquen de manera obligatoria en las escuelas públicas y privadas. También pedían eliminar el artículo 5 que establece que cada institución puede dar educación sexual según su ideario. Y por último, solicitaban actualizar conceptos incluyendo las leyes de ampliación de derechos sancionadas después de 2006, como las de la ley de Identidad de Género, Matrimonio Igualitario y Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y adolescentes.

El 5 de septiembre los legisladores trataron los cambios y dieron dictamen. A las comisiones llegaron personas con los pañuelos celestes para oponerse y denunciar que con la modificación querían destruir la familia y fomentar la homosexualidad. Desde las iglesias Católica y Evangélica emitieron comunicados para rechazar los cambios. En paralelo, empezó la campaña en redes sociales. Una de las más fuertes fue la del sector evangelista, que sigue la línea de una organización peruana bajo la consigna “con mis hijos no”.

En primera persona

Bibiana Romeo tiene 56 años y es docente hace 30. Tomó el curso de ESI de Sadop, que tiene el aval del Ministerio de Educación provincial. Recuerda que antes de la ley la educación sexual se limitaba a las clases de biología, con la enseñanza de los aparatos de reproducción masculino y femenino. Explicó que el escenario actual tampoco es ideal. Si bien en los dos colegios religiosos en los que trabaja no hay oposición por parte de los directivos, la respuesta a la demanda de información de los alumnos depende la voluntad y capacidad de los docentes. También le preocupa hasta dónde pueden abarcar. “Hay docentes interesados que incorporaron la ESI y otros que creen que no les corresponde. Por lo general, los docentes hombres no hablan del tema y son más pudorosos. Uno se pregunta hasta qué punto tenemos alcance. Decir que no saben ponerse un preservativo no es no saber vendarse un pie con un esguince de tobillo. Hay cosas que la escuela abarca hasta un límite porque después está la familia”, sostuvo. La docente explicó que hasta el momento no tuvieron problemas con padres y madres. “No damos nada de lo que no estén al tanto. Nadie vino a decirnos no quiero que mis hijos reciban la ESI”, aclaró.

En el último año alumnos y alumnas de Rosario pidieron debatir ESI en paralelo al tratamiento en el Senado del aborto. “Fueron las chicas y los chicos quienes pidieron hablarlo. A los chicos los ha motivado muchísimo. Tienen menos conocimiento y ahora quieren hablar de distintos temas. Las chicas están más informadas y todas las inquietudes aparecen en relación a la perspectiva de género. Hablamos de cuestiones históricas y del rol de la mujer en la sociedad. Lo que más aparece son los noviazgos violentos. Piensan que la violencia de género es una piña, cuando en realidad hay muchas formas de violencia”, concluyó Romeo.

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