Los «indignados» han ensayado volver a las calles este sábado, en vísperas de las elecciones generales, ocupando algunos de sus lugares emblemáticos, como la céntrica Puerta del Sol madrileña.
Algunas decenas de «indignados» se repartían en en pequeñas «asambleas» en el epicentro madrileño del movimiento, donde a lo largo de la jornada tenían previsto llevar a cabo representaciones teatrales y realizar debates políticos.
Entre las iniciativas previstas figuraban la escenificación de un desalojo o la celebración del «último matrimonio entre dos lesbianas«, como forma de protesta ante la eventual próxima llegada al poder del derechista Partido Popular (PP).
Los «indignados» también tienen previsto la lectura de una «carta abierta» al próximo presidente del gobierno.
En otras ciudades españolas como Barcelona (Noreste), algunas decenas de ellos también han vuelto a la Plaza de Catalunya, donde hace seis meses levantaron un campamento, mientras en Valladolid (Castilla y León, centro) una cincuentena de ellos se reunieron en la plaza de Fuente Dorada.
«Estamos dando pasos hacia atrás. Mañana tenemos la oportunidad de cambiar de rumbo, pero lo que vemos es que mañana la mayoría de los españoles va a elegir a un nuevo líder del gobierno que es no es más que un corderito que nos va a llevar a la boca del lobo», dijo Ángeles Espinosa, una administrativa de 48 años, en la Puerta del Sol.
Según los sondeos, el Partido Popular (PP, derecha) y su líder, Mariano Rajoy, debería lograr una amplía mayoría absoluta frente al gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuya popularidad se ha visto lastrada por la dura crisis económica que ha causado casi cinco millones de desempleados y obligado a adoptar medidas de austeridad.